Perico 2004 – 29/08/2004

Menudo gustazo, después de todo el año dando vueltas por la geografía española hacer una marcha como quien dice, en casa. Por los puertos que tantas veces hemos subido y que conocemos de memoria, solo que esta vez acompañados de otros 1500 ciclistas que quieras o no le dan a las carreteras de siempre ese saborcillo especial que solo se consigue en las marchas y todo ello bajo la batuta del mas grande, Perico Delgado.

La verdad que a estas alturas del año, la gente ya no estaba con intenciones de hacer muchas burradas y costó convencer a la peña. Ni siquiera yo con un estado de forma en continua caída casi desde la QH me mostraba muy convencido de poder afrontar con garantías este recorrido, pero sin embargo, lo que me atraía era precisamente lo que menciono arriba, el poder hacer por fin una marcha de estas al lado de casa y por lugares conocidos. Tras un domingo de ruta por Morcuera y Canencia hace un par de semanas, deje prácticamente convencidos a Frances y a Pedro para que se unieran a la aventura y así era hasta la semana pasada, cuando de repente el lunes, ultimo día para realizar la inscripción, me encuentro con que de repente a todos les ha entrado ganas de hacer la Perico. A Ana la convenció Pedro y la sorpresa fue que me entero que Iñaki, Neuro y Josan también bajan después de que Frances aplicase ese poder de convicción con el que solo cuentan las mujeres. Así que deprisa y corriendo ultiman las inscripciones y nos emplazamos para el finde.

El sábado por la tarde decidimos acercarnos a Segovia para evitarnos los agobios de recoger los dorsales el mismo día de la marcha y aprovechamos para comprobar que la bajada de las siete revueltas promete emociones fuertes al día siguiente. Allí esta Perico controlando el cotarro y como tantos otros aprovechamos para hacernos unas fotos con él. También descubrimos que a Josan por error, le han entregado dos dorsales uno de los cuales es aprovechado por el niño que al final no se había apuntado, así que otro más. Desde ahí vuelta a Soto para cenar en el Julian’s que por cierto teníamos un poquito abandonado últimamente.

Domingo por la mañana. Hoy es el día. El despertador suena a las 5:30 aunque la verdad no me cuesta demasiado levantarme. Como he dejado preparado todo la noche anterior, voy sin prisas, desayuno y me largo a recoger al niño. Desde ahí, en otro ratillo más nos plantamos en Segovia sobre las 7:20. Sobrados de tiempo.

Vemos a John_Silver y a Rubén que andan por allí también. Estos llegan con la hora pegada al culo y entre colocaciones de chip y demás, nos dan las 8 y todavía estamos en el polideportivo. Tenemos que bajar hasta la explanada del acueducto que es donde se da la salida…..precisamente a las 8. Nos lanzamos a saco por las calles de Segovia, menos mas que uno se conoce al a perfección aquello y llegamos con rapidez, justo en el momento en que comienzan a salir los primeros, uff demasiado justo. Los primeros kilómetros hasta Torrecaballeros son neutralizados. Rodamos Neuro, Josan, Joaquin y yo juntos. Este tramo de la salida de Segovia resulta especialmente tenso ya que al ir neutralizado los parones son constantes al atravesar el compacto grupo de 1500 ciclistas las rotondas que aparecen en la carretera. Atravesado Torrecaballeros, en el kilometro 11, se da la salida oficial, empiezan a contar los tiempos y aquello por fin empieza a tomar ritmillo. Vamos los 4 juntos rodando deprisita pero sin cebarnos, excepto algún calentoncillo para saltar de grupo en grupo. La carretera por aquí va bordeando el lado norte de la sierra y aunque es llano, pero tiende a picar hacia arriba con constantes toboganes, mientras buscamos la localidad de Navafria donde dará comienzo la primera ascensión de la jornada allá por el kilometro 30. Atravesamos el pueblo de Navafria y en este punto comienzan los 10 kilómetros de los que consta la ascensión. La verdad que es un puerto muy tendidito y sencillo de subir, pero no por ello hay que quitarle el merito de ser una subida preciosa entre pinares, por una carreterita estrecha con muy buen asfalto, vamos una subida de esas en las que se disfruta más que se sufre. Josan se le ve fuerte y a las primeras rampas un poco más duras se va por delante. Yo me quedo con el niño y con Neuro que llevamos un ritmo alegre pero sin pasarnos, aunque unos pocos kilómetros después parece que el ritmo es demasiado para Neuro, que va a ser verdad eso de que apenas ha tocado la bici desde la pirenaica y se acaba descolgando. Yo voy charlando con el niño que se dedica a hacer exhibiciones como subir un kilometro a plato porque si (bueno…yo le incite un poquito)……estos chavales. En un par de curvas de herradura enlazadas, quizá lo más duro del puerto por destacar algo, vemos arriba a Josan y decidimos acelerar el ritmo para engancharlo y justo en la misma cima le engancho para robarle un botellín de agua del avituallamiento, jejeje, otros esprintan por los puntos de la montaña. Me paro pasada la cima a echar una meadita y estos tiran para delante. Les cogeré en la bajada, pienso, pero una vez que me pongo a bajar veo que la cosa va a estar complicada. Lo que era un asfalto delicioso por el lado de Segovia, se convierte en un patatal en la cara madrileña. Grandes baches provocados por los múltiples parches que han ido colocando año tras año y mogollón de gravilla hace que tengamos que ir con mil ojos. Aun así me lanzo a saco ya que la experiencia de las carreteras francesas, mucho peores por lo general que estas, es un grado. Sin embargo hay mucha gente que adelantar y vehículos de la organización, con lo que me es imposible alcanzar a estos dos. 9 kilómetros adelante, con un dolor de muñecas de la ostia llego a Lozoya, ya de aquí al final es todo terreno conocido. En cuanto salgo a la carretera del valle aprieto los riñones y procuro enganchar un grupito para el tramo de llano hasta Canencia que se hace a mil por hora (ya lo hacemos deprisa cuando vamos normalmente de ruta…así que en una marcha…uff) Así que entre la bajada que no era muy de descansar, el tramo este en el que me pego un buen calentón y que las sensaciones no son las que deberían ser me preocupo un poco, ya que tengo miedo de llegar a Cotos y petar….en fin ya se verá como van las cosas.

Desvío a la derecha y tomamos la carretera que nos lleva al pueblo de Canencia. Unos cuentan la ascensión desde este punto y otros desde que quedan 5 kilómetros para la cima del puerto, aunque lo más habitual es contar como punto de inicio el pueblo de Canencia desde donde hay 9 kilómetros hasta arriba. Del cruce hasta el pueblo hay 5 kilómetros que pican claramente para arriba, pero con un desnivel mínimo, que como vamos en grupo apenas se notan. Aquí se va deprisita, quizá un poco de más (o será que mis piernas van de menos). Llegamos al pueblo y una rampita para cruzarlo nos recuerda que estamos subiendo un puerto, aunque los siguientes 4 kilómetros vuelven a ser casi como desde el cruce. No es hasta el lugar donde cruzamos un puente sobre el arroyo que da nombre al puerto donde tenemos la primera rampa de consideración que comienza a clarificar las cosas. Otro descansito hasta que tomamos una nueva vaguada a la vuelta de la cual una señal del 9% nos pega en la cara. Sin embargo aquí el conocer el puerto es una ventaja y este es uno de mis puertos preferidos de subir ya que es de los que yo digo que tienen el puntito justo, no se es una subida que tiene un algo. La realidad es que aquí se en cada momento que desarrollo usar donde apretar y donde descansar, por lo que parece que vuelo en comparación con la gente que me rodea. Atravieso las curvas de herradura, de ahí la recta infernal hasta el descansillo que no parece que tenga desnivel pero siempre se agarra, cartel de 2 kms, llega el descansillo que son 100 m casi llanos para enganchar la parte final, la más dura. Rampa que se empina progresivamente hasta la última herradura donde pica un 10%, suaviza un poco mientras la carretera serpentea, ultimo kilometro y enganchamos el tramo de las eses donde la carretera hace un par de curvar que vuelven a alcanzar la pendiente de dos cifras para llegar a la cima que marca prácticamente la mitad de la marcha y donde se encuentra el avituallamiento gordo. Ya llevo 2.

Como las patas no están todo lo bien que deberían, me tomo mi tiempo para rellenar los bidones y comer un par de plátanos antes de lanzarme a saco hacia Miraflores. Aquí el conocer la carretera vuelve a ser puntos extra y bajo literalmente a saco pegándome unas tumbadas casi de gran premio. Lo único que me fastidia de esta carretera es el repechón que hay a la mitad que normalmente lo haces a saco porque ya estas terminando pero que hoy me obliga incluso a quitar el plato. Último tramo de la bajada ya en las calles de Miraflores donde procuro soltar un poco las piernas ya que Morcuera empieza inmediatamente, sin un metro de descanso.

Este es el otro puerto de los nuestros. Clásico donde los haya. Uno de los puertos más duros de Madrid (el segundo más duro después de Abantos), que va a ser la primera vez que lo suba con tantos kilómetros en las patas. Los primeros kilómetros se hacen bastante duros hasta que coges el ritmo bueno de ascensión. La constante de este puerto es el 7 % que aunque no pueda parecer mucho, durante mucho tiempo mantenido como es este puerto resulta una dura prueba tanto para las piernas como para la cabeza. Unos metros adelante, alcanzo a dos chicas del rótulos castilla, un equipo de carretera solo de chicas. Les animo y me pongo a charlar con ellas. La una se queda y me voy para arriba con la otra charlando de todo un poco lo que hace que la ascensión sea mucho más amena. De hecho casi sin darme cuenta alcanzamos el punto kilométrico 13 donde comienza el tramo duro de la ascensión, un kilometro duro duro donde la pendiente alcanza una máxima del 12 % justo antes de hacer una curva de vaguada que marca el final del suplicio. De aquí al final vuelve el 7% constante suavizado por unas vistas acojonantes cuando desaparece la vegetación. Ultima rampa antes de coronar al 10% y nuevo avituallamiento liquido en la cima donde nos dan un bidón de sales. Pregunto la chica esta me dice que ella también tira para abajo que su amiga va a ir a su ritmo así que ya iremos juntos hasta Segovia.

Al inicio de la bajada veo al niño y a los Giles parados en una cuneta. Paro a ver si necesitan algo y resulta que están allí porque Jonh_Silver se ha pegado una ostia de impresión. Aunque cuando yo paso me dice que ya está bien, con un golpe muy tocho en una rodilla que parece que, aunque despacito, no le va a impedir terminar. Me dice que continúe que ya nos veremos en Segovia. Me lanzo a saco para alcanzar de nuevo a la chica del rótulos castilla (Maria se llamaba) y a punto estoy de tener yo mismo un susto en una curva de 90º a derechas en la que no vi del todo bien la trazada y enderece la bici demasiado pronto con lo que raspando la gravilla del borde pero conseguí pasar.

Decir que la bajada de Morcuera es para conocérsela, sino resulta muy técnica y peligrosa ya que el trazado de las curvas es muy engañoso. Sin embargo si la conoces es súper divertida con constantes curvas enlazadas y herraduras en su parte inferior. Aprovecho la parte de arriba también para comer y beber algo de manera que me de tiempo a asimilarlo en la bajada y sin más contratiempos llegamos a Rascafria. Tramito de pavés para atravesar el pueblo y 3 kilómetros de llano hasta el Monasterio de El Paular punto que habitualmente se toma como inicio de la ascensión a Cotos, ultima dificultad de la jornada. Son 14 kms, bastante tendiditos, pero larga….muy larga, y mas con 100 y pico kilómetros ya en las piernas. Además esta subida tiene un problema y es que transcurre entre un pinar muy cerrado que apenas permite ver la misma y no sabes si te queda mucho o poco. Si a ello le sumamos que todas las curvas son iguales a mí personalmente me resulta bastante pestosa. Aquí la esparramera que se forma es de consideración y ves que la gente por lo general va muy madura. No hay grupos, solo un rosario de gente, no ves más de dos o tres ciclistas juntos. Yo sigo subiendo con la chavala esta que pese a ir ya un poco chascadilla aguanta como una jabata. Como vamos hablando y demás el puerto no resulta tan pestoso y los kilómetros pasan rápido, aunque es a partir de la mitad donde a ambos nos entra un poco el bajón. Menos mal que hoy llevo un gel de esos en el bolsillo del maillot que resulta ser casi milagroso porque a los pocos minutos de tomarlo me encuentro otra vez recargado y a sentir las fuerzas. Solo tiene un defectillo y es que es súper pringoso y me pongo perdido y pegajoso.

Sin más incidentes alcanzamos la cima del puerto donde nos avituallamos ya que aunque todo lo que queda, salvo el enlace de 7 kms casi llano hasta Navacerrada, es casi todo bajada, seguro que se va a correr muchísimo en el último tramo cuando se empiecen a formar grupos y no es plan agarrarse un pajarón justo al final.

En el tramo hasta Navacerrada vamos rapidito rodando a plato, yo creo que son más las ganas de llegar que otra cosa y alcanzado Navacerrada, aquello es de vicio. Una carretera con un asfalto simplemente perfecto y curvas bien trazadas que se bajan a mil por hora. Las tumbadas son simplemente de impresión, jamás había cogido curvas sin frenar a 70 por hora, vamos….la leche. La cosa se tranquiliza tras este primer tramo cuando se llega a la zona de las 7 revueltas donde las numerosas frenadas marcadas en el suelo delatan que muchos por delante han ido demasiado eufóricos en esa zona. Tras las 7 revueltas un último tramito de bajada hasta el puente sobre el rio Eresma y desde aquí hasta La Granja de San Ildefonso aunque es principalmente para abajo empiezan a hacer acto de presencia numerosos repechos. Se forma un grupo en el que somos unos 10 y empezamos a tirar a saco. Me alegro hoy porque somos bastantes los que pasamos a relevo, cosa nada habitual donde la gente ya se hace la remolona a estas alturas. Así que como hay buena sintonía, no hacemos más que alcanzar gente y otros grupillos que van añadiéndose al nuestro. Atravesamos Pradera y Valsain y pasamos la rotonda de La Granja a una velocidad nada recomendable. Alcanzamos otro grupo grande con lo que ya somos unos 40 en el grupo. Todo esto rodando a 50-55 por hora, con lo que a la entrada de Segovia en un repechón que hay la cosa explota en mi cachos. Aguanto por delante con mas corazón que otra cosa sufriendo como un cabrón para no descolgarme y vemos que nos hemos quedado 10 o así delante que seguimos a un ritmo endiablado hasta la misma línea de meta. Tiempo total desde Segovia 6:12:17 y tiempo oficial que comienza a contar desde Torrecaballeros 5:43:24 lo que nos da una media de 25,16 km/h, diploma de Bronce. No está mal para un recorrido tan montañoso como este y estando ya a las alturas de año que estamos.

Supongo que preparándola en condiciones como la QH podría haber bajado mucho el tiempo, pero hoy el objetivo no era ese. Simplemente era disfrutar de un maravilloso día de ciclismo del bueno, recorriendo sitios en los que dentro de unas semanas veremos a los pros jugarse las cartas en las últimas etapas de la vuelta a España.

Ya en meta, tras la reparadora ducha, la comida típica a base de ensalada de pasta, entregar el chip y recoger el dorsal, me reencuentro con Josan que llego un rato antes que yo y al poco llega Neuro. El niño viene más atrás con los giles que han ido acompañando a John_Silver muy despacito, pero al final llegan todos. Neuro consigue hablar con Pedro que viene con Ana en el autobús. Y Frances viene delante de ellos todavía sobre la bici porque quiere romper el círculo vicioso en el que habían entrado últimamente de abandonos. Pasan las horas y nos tememos que no llegue dentro de control y justo cuando van a empezar a desmontar las alfombras de los tiempos aparece Frances al fondo acompañada de otros 3 ciclistas. Aprieta los dientes y pasa en tiempo. ¡Ole tus narices! Además, aunque llega cansada no se la ve cara de destrozada. Simplemente que su ritmo es menor pero ella al tran tran llega a cualquier sitio.

Las chicas además, por el mero hecho de ser chicas reciben como premio un casco. En fin una genial forma de promocionar el ciclismo entre las féminas y que mas chavalas se animen a disfrutar de este maravilloso deporte.

Para terminar la jornada unas cervecitas antes de que los bilbaínos emprendan viaje hacia su tierra y nosotros hacia la nuestra, no sin antes encontrarnos con Perico de nuevo con el que tenemos una pequeña charla mientras nos firma fotos, diplomas, etc… el hombre siempre con una sonrisa en la cara a pesar de no haber parado en todo el día de atender a la multitud que allí nos dimos citas. Eso sí que es un campeón.

En fin, que me voy muy contento de esta marcha. Buen recorrido, bien los avituallamientos, bien la atención en meta, si hubiera que buscar algo, es que podían poner algún control más señalizando la bajada de Navafria por lo peligrosa que esta, pero vamos, es más una sugerencia, porque por ejemplo todos los cruces y desvíos estaban perfectamente señalizados. Así que probablemente la repitamos a otro año…ya se verá, que queda mucho todavía.

Publicado en Sin categoría | Deja un comentario

Emigramos

Como ya venis viendo desde hace algunos meses, mis textos van ya dirigidos a la web de http://www.ciclismoafondo.es, que me han dado la oportunidad de llegar a mas gente, tener mas difusión. Hasta ahora, en espera de que estuvieran activos los blogs, he ido colaborando con mis crónicas en la sección de cicloturismo. Ahora, por fin comienza la andadura para la que me ficharon. Hacer mi blog alli. Así que lo dicho, cambiamos de ubicación, esperemos que para mejor (seguro que si), os invito a que me visiteis a partir de ahora en:

http://blogs.ciclismoafondo.es/sergiopalomar/

Publicado en Sin categoría | 1 Comentario

Larra – Larrau 2008

Publicado en Sin categoría | 1 Comentario

Marcha Cicloturista Pedro Delgado 2008

Ya podeis leer mi crónica aqui –> http://www.ciclismoafondo.es/caf/cicloturismo/contenido/noticia/cronica-de-la-perico/2c90a89c1bdd3518011bdf915a740034.html

Aparte de lo que en ella comento, ya centrandonos mas en mi, comentar que una vez mas se me atraganta esta marcha. Las sensaciones durante la semana habian sido buenas, habia entrenado bien y la ruta por los puertos abulenses la semana pasada me hacian albergar la esperanza de poder rendir bien.
Sin embargo, el viernes en el pueblo, salimos a echar un par de horitas de rodar y debi coger frio o yo que sé que me quede todo el fin de semana sin fuerzas, destemplado, con dolor muscular y de huesos, el estomago jodio. Aun así, decidí salir delante a ver si sonaba la flauta. Hasta el inicio de Navacerrada la verdad que fuí comodo, pero al llegar al duro rampon del puente de la Cantina pues me dí de cara con la cruda realidad. Las piernas no iban, y me resultaba imposible mantener pulsaciones altas (cuando el sabado pasado me hice casi toda la ruta raspando las 170 ppm). Me pasa hasta el tato, Ikerz, PajaroLoco con Klyde a rueda, Altec2 y su bici replica Perico, hasta que por fin llega Dani, el compañero Bilbaino quien esta casi como quien dice comenzando la temporada y me marca el ritmo justo mientras me va animando para que no me clave. Aun así al final del puerto voy con el 34×25 practicamente parado, creo que nunca habia subido navacerrada tan despacio.
En el llano a cotos recupero algo, aunque no consigo meter nada en el estomago, se repiten las sensaciones de la QH, aun así nos metemos en una grupeta donde incluso damos unos cuantos relevos, mas de cortesia que eficientes.

Empezamos la bajada, que me sé de memoria. Me tiro tranquilo, ya he decidido que hoy voy a sufrir lo minimo, ritmo comodo para lo que queda de marcha. Aun así, solamente trazando, sin dar una pedalada, me voy sin querer de la grupeta en la que ibamos. Nuevamente me quedo asustado de lo mal, no, fatal que baja mucha gente. Mención especial a un tio que bajaba parado, a no mas de 30 por hora, por medio de la carretera, en medio de la trazada. Aunque solo lo hago en caso de necesidad, lo adelanté por la derecha, o eso o me lo comia (y eso que como he mencionado antes bajaba supertranquilo para lo que suelo) ya que jamas paso al carril izquierdo si no hay visibilidad para hacerlo, esto viene a colación de algo que luego contaré.

Llegados al llano antes de el Paular le digo a Dani que mejor levantamos el pie ya que no vamos a ningun sitio solos en este terreno y dejamos que vuelva a entrar la grupeta, donde viene el Tandem mixto que tan conocido se esta haciendo en estas pruebas. Aprovecho el momento de tranquilidad para charlar con ellos, les comento que coincidí con ellos en la QH cuando me fue sencillamente imposible seguirles en la bajada de somport y bueno, amenizamos el tramo hasta que oliendo la cercania de Rascafría, me voy hacia posiciones delanteras de la grupeta para atravesar el adoquin como mandan los canones, como siempre en este tramo nadie me sigue mientras me centro en esquivar a los trasnochadores que nos ofrecen cervecitas. Toca nuevamente a la salida del pueblo a la grupeta mientras aprovecho para meter algo al estomago ya que me voy encontrando mejor. Un gel que al igual que en la QH, cual balsamo de fierabras, me devuelve las fuerzas, aunque hoy solo para evitarme el sufrimiento excesivo ya que aunque este puerto lo subo comodo, no me noto para nada super.
Engancho a Pinillaken que me adelantó en Navacerrada y formamos una buena grupeta en la que tambien va el forero Stank (aunque ahí no sabía que era él), me fijo en su preciosa bici.
Tambien en este tramo llega un impresentable (por no llamarle otras cosas mas bonitas), con el dorsal 999 creo recordar, por si anda por aquí y se da por aludido, que nos recrimina a toda la grupeta: "tanto bajar a lo loco y ahora no tirais para arriba", me toca la fibra en un tema que me calienta bastante y le replico, "que a lo loco capullo, si bajaba parado, si no tienes ni p..a idea de bajar por lo menos te quitas de la trazada, bla,bla,bla"
Es un tema que me fastidia bastante como he comentado antes. En Cotos bajaba parado, a ver, parado para como suelo bajar, pero a buen ritmo, trazando las curvas por el sitio, sin cortar cuando no hay visibilidad (esto bajando despacio y fuerte), etc… en fin, con seguridad, mucha seguridad, pero siempre tiene que venir algun capullo con la cantinela, cuando les ves bajar como palos, cruzandose en todas las curvar, con las trazadas cambiadas, etc…. Luego los peligrosos somos nosotros, los que tenemos un control sobre la bici (por lo menos un minimo exigible), que quereis que os diga, es un tema que me toca bastante los coj…. Hay mucha diferencia entre bajar rapido y bajar haciendo el loco, cuando se enterará la gente. Seguro que se planta un tio como Savoldelli o Samuel y baja mucho mas rapido que yo y con el doble de seguridad.
Volviendo a la marcha, corono Morcuera, paradita rapida a desaguar en al cima (he pasado del avituallamiento ya que llevo cosas en el maillot) y me tiro cuesta abajo a disfrutar. Me encanta esta bajada. Creo que me sé cada milimetro de la misma, ya que hoy no puedo disfrutar subiendo, por lo menos lo hago bajando. El rampon de Miraflores se hace duro por el cambio de desarrollo. Vuelvo a coger a Juanma que me adelantó en la paradita de la cima de morcuera y nuevamente nos juntamos casi la misma grupeta que transitabamos por morcuera. Alcanzamos al forero Kastle-Fuel con quien transitaré ya practicamente lo que queda de marcha y por detras entra el Gran Ragar con ese ritmito suyo, RR, que no parece rapido pero que acaba afixiando a todo el que le intenta seguir. De hecho, el primero en sufrirlo es Juanma quien a mitad de puerto desaparece de la grupeta.
Durante la ascensión gozamos de los animos desde la cuneta de Paloma (garrapatillas) y mas arriba, casi en la cima de Miguel (vaiquer). Sin mas, coronamos y me echo el bidon de born al bolsillo. Lo dejo para luego, ahora es momento de gozar una nueva bajada y una vez mas, sin proponermelo me quedo solo. Como se nota el conocer el terreno. No tardo en enganchar a Ragar y ya pasado el pueblo de Canencia viendo que voy solo, levanto el pie en espera de que entre alguna grupeta. Me engancho a la primera que viene y emprendemos el trayecto por el valle del Lozoya, con viento de cara. Ahora voy con fuerzas, con lo que no dudo en echar una mano en los relevos, mientras voy alimentandome. Me enchufo otro gel que aliño con el bote de born que poco a poco voy consumiendo. Cuando esta vacio, me lo guardo y al pasar por lozoya se lo tiro a unos crios que estaban animando en la cuneta, seguro que lo agradecen y nos disponemos a afrontar los 11 kms de navafria.
En la grupeta se ve mucho miedo y subimos toda la primera parte a ritmo, incluso Ragar parece cortarse un poco, me dice "hoy no voy a hacer la locura del año pasado", poco le duraria la promesa ya que varios kilometros mas adelante decide que no le gusta el ritmo que llevamos y pone el suyo propio, enfilando todo el grupo y provocando una buena criba. Ya me se la historia y simplemente mantego el ritmo que llevaba. Me empiezan a pesar las piernas, pero esta vez de cansancio, aunque llevo un ritmo mucho mejor que el año pasado a estas alturas, con un Dani sensacional marcandome siempre el ritmo correcto. Casi arriba, los animos de Buru desde la cuneta nos hacen sacar un poquito mas para el final del puerto que se me hace un pelin largo mientras veo pasar de nuevo a Altec2 y su bici "perico replica". Buen rato debio parar en el avituallamiento.
La bajada otra gozada, con asfalto perfecto y buenas trazadas me permiten alcanzar un pequeño grupo donde transitaba Altec2, aprovechamos para charlar un poquito, pero poco dura la calma ya que una vez alcanzada la N110 toca ponerse las pilas y tirar. Procuro dar cuantos relevos puedo, pero ya las piernas no van. Altec2, parece que va sobrado y en uno de los relevos, sin atacar ni nada, se va y se va para delante, no hacemos ni amago de ir a por él, bastante tenemos con estar ahi. Mencion especial a dos tios que trabajaron un monton, uno con un maillot de Mulero y otro que llevaba la equipacion de campeon de españa, luego en meta les dí las gracias por como se lo curraron y las disculpas por no haber tenido piernas para echarles una mano.
En esto que miro para atras y veo que no viene Dani, vaya….se ha debido cortar en la bajada. No puedo dejarlo despues de todo el dia que lleva haciendo de perfecto gregario, asi que me descuelgo del grupo a esperar al que venga detras. Como nadie viene a lo lejos aprovecho para parar y echar una meadilla, dando tiempo justo a ver a parecer la grupeta donde viene tanto él como Katle-Fuel. Las patas ya no estan para tirar y me acurruco en la mitad del grupo, sufriendo en los repechos, aunque menos de lo que esperaba, aun tenia fresca en la cabeza la tremenda petada del año pasado aqui.
Alcanzamos al grupito en el que transitaba yo antes y lejos de pararse, los tios que mencionaba antes siguen tirando del grupo como un loco mientras, como ocurre en estos casos nadie parece tener fuerzas para darles un misero relevo (los mismos que luego sprintaran al llegar a meta, vamos, lo de siempre). Yo por mi parte como he dicho, ya voy en la reserva y bastante tengo con mantenerme ahí. Quienes me conocen saben que no me escondo, si tengo fuerzas tiro, si no lo hago es porque voy fundido.
Asi lo unico que me queda es ver pasar los kilometros para finalizar la marcha. Me sorprendo cuando miro el tiempo en meta y veo que apenas van a salir unos minutos mas que el año pasado (con la diferencia que el año pasado me morí alli y este año tras decidir en navacerrada tomarmelo con calma llego como persona, que ya es algo)
Duchita y comida donde entre pitos y flautas nos juntamos un buen monton de foreros. Ahora a pensar en la larrau, esta vez con mucha mejor actitud que el año pasado, a ver como va.

Publicado en Sin categoría | 5 comentarios

Por las tierras de Carlos Sastre – 9/08/2008

Ahí os dejo la crónica de la "rutita" que nos marcamos unos cuantos locos de foromtb el sabado pasado.

http://www.ciclismoafondo.es/caf/cicloturismo/contenido/noticia/desde-avila-hasta-el-barraco/2c90a89c1bb22297011bb64bbd0000bb.html?visita=true

Publicado en Sin categoría | Deja un comentario

Articulos de Cicloturismo

Ahi os dejo una nueva entrega. Esta vez hablando de la ruta del finde pasado con ascension a uno de los CIMA mas chulos de Madrid. El alto de la Jarosa:

http://www.ciclismoafondo.es/caf/cicloturismo/contenido/noticia/el-alto-de-la-jarosa/2c90a89c1b56661f011b74665db807e8.html?visita=true

Publicado en Sin categoría | Deja un comentario

Articulos de Cicloturismo

Esta vez se trata de un pequeño articulo sobre como ven la bici en Alemania tras unos dias de vacaciones por alli. Espero que os guste:
 
Publicado en Sin categoría | 1 Comentario

Articulos de Cicloturismo

Publicado en Sin categoría | 4 comentarios

Quebrantahuesos 2008 – Progresión

 

Creo que es la palabra que mejor describe el año que llevo. Desde febrero dándole fuerte a los pedales. Buscando ese punto culminante en el que hoy me centro.

Con mi quinta quebrantahuesos ya en las piernas, con las sensaciones aun a flor de piel, es el momento de volver la vista a atrás y observar el panorama del camino recorrido. Un año esta prueba ha sido la vara de medir que nos indica cual es realmente nuestro lugar, donde podemos comparar nuestra evolución de una temporada a otra, pero además la QH es mucho mas. Es el mogollón de gente por todas partes, es el encontrarte con un montón de gente con quien hablar, con quien compartir aunque sea a posteriori esos ratos de sufrimiento sobre la bici, es el paisaje pirenaico, es el pasillo de gente en el Portalet y son todos esos conocidos a los que saludar aunque sea de año en año. Aunque por mera repetición la magia de esas primeras veces ya no sea la misma, sumando todos estos pequeños detalles el resultado viene a ser el mismo. Un grandísimo fin de semana de ciclismo en estado puro.

 

Pues si, otra vez llega ese día que muchos, muchísimos a tenor de la velocidad a la que desaparecieron los dorsales disponibles allá por el mes de febrero, tienen marcado en su calendario. La quebrantahuesos ya esta aquí.

Sin embargo, para mí este año había una sustancial diferencia. Este año la QH no era el día D, sino que he conseguido convertirla en una marcha mas. Como digo, desde el mes de febrero llevo subido en la bici. Open de Madrid de BTT, un par de marchas también de bici de montaña, algunas citas de carretera como Lagos o Pipe Gómez habían diversificado mi calendario de tal manera que en mi cabeza la QH solo era el día en el que poner la guinda a la por otra parte, excelente temporada. En una constante progresión hacia un punto optimo de forma gracias al inestimable trabajo del amigo Julio que sabiamente ha sabido marcarme el camino a seguir en cada momento, que ha hecho de psicólogo cuando mis constantes idas de coco lo han requerido y ha sabido pararme los pies cuando la euforia me atenazaba. En resumen, que hemos pasado de sufrir y arrastrarnos durante todo el año pasado a gozar cada kilómetro sobre la bici incluso con esta dura primavera que se nos ha presentado donde la lluvia y el viento nos han dado poca tregua.

 

Centrándonos en la QH. El viernes por la mañana emprendo viaje tras coger el día libre en el trabajo. Tengo ganas de llegar con tiempo para que no me ocurra como en anteriores ediciones donde te acabas acostando a las tantas. Me acompaña el forero Joanfry que va a afrontar su primera edición tras finalizar el año anterior con éxito la Treparriscos. En la grupeta Pirata, además nos juntaremos con Sr.Carter, Iñaki y unos compañeros de excepción que se habían animado a descubrir esta marcha, los foreros Josep y &re (velociraptor) que sobre sus btt con slicks habían recogido el guante, a los cuales acompañaba el hermano de &re, este sobre ruedas finas.

Llegamos a Sabiñánigo sobre las 16:00 y el ambiente ya es tremendo. La gente se apelotona en la entrada de la nave donde se dan los dorsales esperando la apertura de puertas. Una vez allí la cosa va rápida. Recogemos la bolsa y damos un paseo por la exposición empapándonos del ambiente. La verdad que yo no estaba con muchos ánimos de visitas ya que solo pensaba en subir al apartamento que teníamos reservado en Tramacastilla y descansar el resto de la tarde. Pero es inevitable, te lías. Te encuentras con conocidos, que si Pirenaicos, que si foreros, que si gente de las revistas, así que entre pitos y flautas no terminas de hablar con uno cuando te das la vuelta y te encuentras otra cara a quien saludar.

Por fin consigo escapar de allí y continuamos valle arriba por donde mañana terminaremos. Hasta el bonito pueblo de Tramacastilla de Tena. Un balcón privilegiado sobre el embalse de Bubal, aunque antes de disfrutar de todo ello toca dejar preparadas las bicis para el día siguiente mientras esperamos al resto de la expedición para ir a cenar, por supuesto, pasta. Hay cosas que no han de cambiar.

 

Amanecemos a las 5 de la mañana, con el Nessun Dorma, de clara evocación ciclista, sonando en el móvil. Como un autómata me pongo en marcha, aunque ya desde el primer momento noto que algo no va bien. No se si he cogido frío por la noche, la cena o vete tu a saber, pero me levanto con mal cuerpo. No es la hora, ya que estoy acostumbrado a estos madrugones. Algo no va bien. Aun así sigo con el ritual. Me visto, desayuno mis cereales, mi zumo y como soy el único de los que allí estamos que acude con ansias competitivas, a las seis menos diez me pongo en marcha hacia Sabiñánigo para evitar en la medida de lo posible el atasco típico de entrada.

De bajada, con las primeras luces del día, se va haciendo plausible lo que ya se preveía. Tras una primavera lluviosa, tras haber estado saliendo de largo hasta hace apenas una semana, el verano ha llegado de golpe, coincidiendo con el solsticio que en estos mismos momentos acaece. Ni una nube en el cielo y una temperatura tibia, a las seis de la mañana son el indicativo de que nos espera una QH de las de verdad. Esa que yo venia anunciando desde que sufrí tantísimo hace tres ediciones y por cuyas advertencias era considerado cuanto menos como catastrofista y exagerado.

 

En la salida me encuentro con Isma que viene un poco a la aventura, mientras preparo con calma los trastos. Me bajo hacia la salida cuando aun queda poco menos de una hora para la misma. Hoy si que vamos sobrados de tiempo así que consigo una buena primera fila en mi cajón. Dorsal naranja al igual que en la edición anterior. A mi alrededor gente muy fina, bicis muy buenas. Te das cuenta de tu evolución y el nivel que has ido alcanzando año tras año. Todo esto lo pienso mientras a sorbitos voy dando buena cuenta de un litro de aquarius. Hoy la obsesión es estar bien hidratado. Ya se lo que es sufrir una QH de calor.

Aun así las malas sensaciones de la mañana siguen ahí. Cada sorbo lo tengo que dar a la fuerza, no tengo el estomago muy fino ¿serán los nervios? Quien sabe.

 

Poco a poco se acerca el momento de la salida. Veo a Klyde y a Puskas que salen en el cajón precedente, pero como han llegado mas tarde, les tengo ahí. Buena compañía para al menos la primera parte.

Últimos minutos, la tensión crece, las pulsaciones se acelera. Pum!! Chupinazo y salgo con el plato ya metido, como si fuera una carrera de open. Ahí vamos otra vez.

Los primeros kilómetros son una locura. Las pulsaciones por las nubes intentando enlazar con la cabeza que esta ahí unos metros por delante. No hay grupo solo constantes acelerones y  gente que pasa por todos los lados y otros tantos a los que pasas. Atravesamos de nuevo Sabiñánigo, casi en un suspiro, entre al alboroto atronador que desde las aceras despide al enorme pelotón. Salimos a la general y a volar, no hay vuelta atrás.

El grupo se estabiliza y el ritmo se vuelve mas constante. Es el momento de subir un piñoncito y soltar las piernas llevando una cadencia elevada, mientras giro la cabeza intentando buscar caras conocidas. Las pulsaciones vuelven a un margen cómodo y el único esfuerzo es el producido por la tensión de estar alerta ante los frenazos, cruces y demás de algunos a quienes se ve poco duchos en las técnicas de rodar dentro de un paquete. Aun así aquí tan delante la tensión que se siente es menor se ve que la gente esta mas acostumbrada, aunque hay tantas bicis que algunos incidentes son inevitables. Alcanzamos la circunvalación de Jaca. Tras el repecho de la entrada marco en el Polar, para luego en casa analizar los tiempos en cada tramo. Veloz descenso donde a mi cabeza vienen las imágenes de la caída del año anterior y nuevamente vuelven los acelerones según encaramos hacia Somport.

Sigo sin ir a gusto. Aunque las piernas funcionan bien, me siento un poco mareado, con mucho malestar. Me como una barrita y bebo algo aunque sin ninguna gana. Forzándome a ello ya que se que es necesario. No hago mas que empeorar las cosas.

En estos pensamientos estábamos cuando poco antes de Canfran, rodando a unos 40 por hora, tras venir avisando varios kilómetros antes con constantes acelerones y frenazos, pasa lo que tenia que pasar. Una montonera considerable. Además en una zona bastante delantera del pelotón. La veo, clavo la bici, pero a esa velocidad tarda en parar mas de lo que yo quisiera, voy frenando, frenando, olor a quemado que desprenden las zapatas al frenar sobre el carbono y cuando casi la tengo salvada me clavo y me doy la voltereta. Me levanto como un resorte y tiro de la bici que esta entre toda la maraña. Voy a salir corriendo y Diego, el de Colmenar me agarra y me dice “las cacharras, coge las cacharras”. Rápidamente me pongo a buscarlas entre el amasijo de ruedas y cuadros. Las recojo, las pongo en el portabidón y cuando voy a arrancar el bote trasero sale de nuevo rodando y a punto estoy de irme nuevamente al suelo. Ha caído unos metros detrás, pero tengo que cogerlo. Hoy hace muchísimo calor y todo liquido va a ser poco. Desando unos pasos mientras el pelotón pasa fugaz a mi lado. Lo recojo y vuelvo a montar. Pongo el bote y se vuelve a caer y me doy cuenta de que el portabidón trasero esta roto así que me echo el bote al maillot, que aguante lo que tenga que aguantar. Me vuelvo a subir y el pedal automático no quiere enganchar y la grupeta que se va y se va.

Cuando por fin arranco, bajo piñones y me pego un calentón en un vano intento por enlazar, aunque pronto veo que es inútil. En el pelotón se iba a 40 por hora y ahora, aunque todavía no han comenzado las rampas duras de Somport, solo no voy a mas de 25-30 km/h. Miro para atrás y no viene nadie, absolutamente nadie. Sigo tirando fuerte y tras cruzar Canfran, comienzan las primeras rampas duras mientras pasamos junto a la torre de los fusileros, donde comienzan a caer cadáveres del grupo de cabeza. Tampoco me valen ya que el ritmo que llevan es muy inferior al mío. Me engancho al a rueda de una moto de un gendarme pero tras 200m el tío me ve por el retrovisor y me pega un hachazo a golpe de gas a la par que la euforia de querer recuperar se va apagando y empiezo a sentirme mal, muy mal.

Las pulsaciones se caen al suelo. Cada vez que paso de 155ppm empiezo a tener arcadas y nauseas. Tengo sudores fríos y ganas de vomitar. Tras estación de Canfran, cuando empieza lo duro me clavo muchísimo. No tengo cadencia ni ritmo, si fuerzo me mareo, no me veo la cara peor creo que debo de estar pálido. Me empieza a pasar gente y a mi mente acuden pensamientos muy negativos. Intento beber agua, pero no puedo tragar.

Paso el tramo duro y tras la curva del cuartel oigo desde la cuneta que me animan, es Matías un amigo pirenaico. Me animo un poquito y aprieto un poco para llegar al desvío de la estación de esquí. 200m de bajadita que me saben a gloria, aunque dura poco y hago el ultimo kilómetro como un verdadero zombi. Lo que otros años es emoción por la gente animando hoy lo paso como un cadáver andante.

Nada mas coronar paro y según bajo de la bici el desayuno decide que no quiere seguir habitando mi estomago. Aprovecho para echar una meadilla mientras pienso que hago. ¿Sigo? ¿Me bajo de vuelta a España? No se, no tengo la cabeza con claridad de ideas. En fin, para algo hemos venido, para Francia y a ver que pasa.

Inicio el descenso y me encuentro completamente vacío y mareado. Voy trazado las curvas como un palo mientras me pasa gente por todos los lados. Realmente paso miedo en este tramo ya que se baja muy deprisa y en estos momentos siento que no tengo ningún control sobre la bici. Llegando al estrechamiento donde se despeñó el de hace dos años, veo una caída y dos bicis apoyadas contra el guardarrail mientras una persona de la organización nos grita para que frenemos. En plena frenada  me trago un bache gordote y pierdo el bidón que llevaba en el maillot, era simple cuestión de tiempo.

Llegamos a la boca francesa del túnel y a batir récords de velocidad. Entra un ligero aire de culo y hoy es una de esas pocas ocasiones donde el 50×12 no da para mas. Solo me queda acurrucarme en la bici e ir cogiendo rebufos.

Tras unos kilómetros vertiginosos, la pendiente se suaviza, me doy un pequeño calentón y consigo enlazar con un buen grupo. La gente empieza a sacar comida y a beber. Yo sigo con mis nauseas, no me entra nada. Es solo pensar en agua o en comida y sentir mareos. Los pensamientos negativos vienen a mi cabeza “¿que hago yo aquí sufriendo de esta manera?”, “¿donde creo que voy a llegar sin comer nada?”, “¿por que tengo que ir de carreras?”, “¿por que no levanto el pie y me dejo ir?”. Los intento alejar de mi mente con un “para”, “¿de que vas?” y así continuo con este dialogo interno durante varios kilómetros.

Según se abre el valle empiezo a pensar en otras cosas. Al pasar junto al desvío de Lescun pienso en el Laberouat y en que bonito día hace para subir en vez de aquel lluvioso día que nos salió en la pirenaica. Mas abajo sigo reconociendo desvíos y dejo la vista y la mente divagar hacia las laderas de la Piedra de San Martín. Me voy encontrando algo mejor. Incluso en el repecho de Bedous paso a relevo de la grupeta.

Empiezo a plantearme que tengo que comer algo o la petada será segura. Llegamos al desvío de Escot donde casi agradezco el quitar el plato y a la salida del pueblo me enchufo un Gel con un buen chorro de agua. El efecto es casi instantáneo. Noto que se me asienta el estomago, las pulsaciones vuelven a subir y los escalofríos han desaparecido. Todo en apenas kilómetro y medio. Vuelvo a tener cadencia en las piernas y voy incrementando el ritmo en estos primeros kilómetros. Los pensamientos negativos se tornan en positivos según veo que el calor empieza a hacer mella entre la gente. Comiendo a adelantar y a coger ritmo. Hoy el Marie Blanque nos ofrece su cara mas dura. El sudor comienza a recorrer cada centímetro del cuerpo, aunque como he venido sin beber nada hasta aquí tengo mi único bote lleno y empiezo a dar buena cuenta de él.

Comienza el tramo duro, no me lo pienso, pongo el 25 y a tirar de cadencia. Todo el rato controlando sobre las 160 pulsaciones y viendo que el ritmo no baja de 10 por hora. Hoy estoy disfrutando de la subida y eso que como decía, el calor comienza a hacer mella. Veo gente andando. Aquí, tan delante. Veo gente clavadísima y en ocasiones me toca buscar el hueco entre quienes zigzaguean y las motos de apoyo de algunos que en este tramo tan estrecho no hacen sino estorbar. Adelanto a Joseba Beloki rodeado de una marabunta de gente que quieren ir junto a su ídolo. A pesar de todo una cosa no pierde nunca el Marie Blanque. Estos cuatro kilómetros son una durísima tortura. A pesar de conocer cada metro de puerto, mi vista busca el siguiente cartel indicando que hemos vencido un kilómetro mas, entre la espesa vegetación intento buscar la divisoria del valle que me indique que el collado esta cercano. Alterno de pie y sentado intentando mantener una cadencia aceptable mientras poco a poco voy ganándole metros a la subida. Al fin llegamos a falta de uno y recuerdo una coña que teníamos Luis y yo de la Pirenaica del año pasado. “Dernier” que bonita palabra en francés cuando vas subiendo un puerto. Se que en apenas 500m esta acabado, con la vista busco la curva de herradura que nos dicta que estamos casi arriba. Los 500 m restantes te los sube el público con sus ánimos. Ahí esta. Me pongo de pie, aprieto los dientes mientras ahora si que disfruto el puerto a la par que busco la cremallera del maillot para abrocharlo antes de iniciar el descenso. Esto es otra cosa. Ahora si que esto funciona.

Meto plato y me tiro por el primer tramo buscando el avituallamiento mientras en la cabeza planifico los pasos a seguir. Tiro la bici en la cuneta, relleno de agua mi único bidón y me lleno el maillot con todos los trozos de plátano que puedo cargar. Parece una parada de Formula 1. Allí me encuentro a Romeralrafa que el hombre no lleva muy buenas sensaciones según me cuenta. Iniciamos juntos el descenso, pero al llegar al bosquecito me agarro fuerte al manillar y me decido a disfrutar de una de mis bajadas preferidas del pirineo. A volar. Primero las eses del bosque, a la salida junto al paso canadiense los fotógrafos de la organización intentando cazar una buena instantánea y recta para lanzar la bici, que termina en una fuerte apurada y una herradura para a continuación lanzar la bici en otra larga recta que nos va a bajar hacia Biheres. Agachamos la cabeza para que la bici corra todo lo que pueda y terminar en otras espeluznante apurada de frenada donde enganchamos con una serie de herraduras prácticamente enlazadas para terminar el descenso a la entrada de Bielle. La suerte esta de mi parte porque justo ahí, se forma una buena grupeta. Un pequeño sprint y listo, directamente a la sala de recuperación.

 

Camino de Laruns, hoy el ritmo es mas tranquilo. Sopla una ligera brisa del sur que ralentiza el paso mientras aprovechamos para recargar fuerzas. Comienzo a dar buena cuenta de los plátanos que recogí en el avituallamiento mientras mantengo un desarrollo holgado que me permita una cadencia alegre. Me encuentro muy motivado. Que distintos son ahora los pensamientos. Miro el cuentakilómetros y veo, apenas 80 Km. a meta, como una salida de diario. Recorro con la cabeza cada metro del Portalet y no me parece ni largo ni duro.

 

Se me pasa este tramo muy rápido cuando ya estamos en el repecho de la entrada de Laruns. Al fondo, las laderas del Aubisque se muestran imponentes, con una cantidad de nieve en las cumbres inusitada para la época del año en que nos encontramos.

Por la simple inercia, paso a posiciones cabeceras del grupo. Tirando con fuerza mientras atravesamos las calles del pueblo con sus numerosas trampas en forma de isletas, cruces y tapas de alcantarilla. A la salida miro para atrás y veo que la grupeta ha crecido hasta convertirse en un numeroso pelotón de unas 40 o 50 unidades, prueba de que no hemos venido nada deprisa. Marcamos en el Polar el inicio del puerto y pienso “a por ello…..hoy no va a poder conmigo”. La brisa que da de cara, hace que el ritmo no sea tan alto como en otras ocasiones y como el que va tirando soy yo, decido cual es el ritmo bueno. Bajo el plato, aunque con piñones bajitos. Aunque vamos deprisa, voy tirando de cadencia. No quiero que me machaquen los calambres como en anteriores ediciones. Este tramo lo hago a relevos con un tío con un maillot de Salamanca y nos entendemos bastante bien con unos buenos relevos, mientras la grupeta se mantiene bastante compacta. Pero esto no va a durar mucho. Pasamos Eaux-Chaudes. Otro kilómetro mas de tregua y empiezan a aparecer los kilómetros de verdad con sus 5% y 6%. Sigo manteniendo el ritmo en cabeza de un grupo que cada vez es menos grupo mientras por delante comienza a aparecer un rosario de cadáveres entre los que reconozco a muchos que iban esta mañana en el pelotón de cabeza. Pienso por un momento, quizás he tenido suerte cortándome en la caída, quizás ahora sería yo uno de ellos, nunca lo sabré. Lo importante es que estoy aquí y me siento enorme. Voy moviendo las piernas con muchísima agilidad y no hago mas que pasar gente.

Llegan las primeras herraduras y lo que quedaba de la grupeta se desintegra mientras me voy merendando cada metro de ascensión, con la cabeza puesta en el tramo siguiente mientras no dejo de hidratarme y comer cada poco. El bidón va casi vacío, se que me va a tocar parar en el avituallamiento, que se le va a hacer.

 

La subida se me hace muy corta, me sorprendo cuando alcanzo Gabas. Nuevo tramo duro. Las herraduras de la salida que nos llevan hasta Artouse, dura rampa y ahí esta la presa. Una chica nos ofrece un botellín de agua desde la cuneta que no rechazo a la par que se lo agradezco. Le pego unos sorbos y comparto con los que estaban allí al lado. El duro kilómetro de la presa pasa en un santiamén, plato grande y dos kilómetros de volar sintiendo la brisa del valle que aunque se oponga a nuestra marcha se agradece en este radiante día.

En el avituallamiento nuevamente parada rápida. Lleno el bidón y aprovecho que estoy allí para tomarme otro gel y un bidón de un trago, relleno nuevamente el bidón y antes de salir tengo que vaciar la vejiga, prueba de que hasta el momento voy bien hidratado por lo que a estas alturas de marcha ya no debería tener ningún problema en este aspecto. Reemprendo el camino intentando recuperar ritmo para lo cual me viene genial uno de los pocos que va subiendo fuerte a estas alturas.

Un par de kilómetros de tregua y empiezan a aparecer los túneles antiavalanchas y la parte mas dura del puerto con varios kilómetros seguidos al 7%. Yo sigo con cadencia, mucha cadencia, de hecho en muchos tramos voy con el 34×25 metido, pero a 15-17 por hora lo que supone subir entre 95 y 100 pedaladas de cadencia. Cuando llegué a casa e hice el calculo me quedé asustado.

El público comienza a aparecer tímidamente. Me extraña que no haya mas gente. Sin embargo se agradecen los que te ofrecen un vasito de agua, o el vasito de maxin en una de las curvas, creo que lo único isotónico que probé en todo el día, salvo el litro de aquarius antes de salir. Miro los carteles de los kilómetros. 5 arriba, estoy completamente encendido. Nadie me ha adelantado en toda la subida y son muchos los que van cayendo, pienso para mí 5 kilómetros pero los dos últimos son casi llanos. Como subir la nueva. Solo me faltaba ese pensamiento para redoblar el esfuerzo.

Alcanzo el fondo del valle, con el Midi d’Ossau como siempre, testigo mudo de nuestro esfuerzo, dominante sobre el valle y ahí esta toda la gente. El pasillo comienza a hacerse cada vez mas estrecho. Los gritos de animo se suceden y el ritmo aumenta, espoleados por tanta muestra de fervor. Este año si que lo estoy disfrutando de verdad, este año no soy un cadáver sobre la bici, es mas cada metro que pasa me siento mas fuerte. Incluso oigo que me animan por mi nombre. Es Eneko que no ha querido perderse la prueba y anda espoleándonos con sus ánimos. Gracias tío.

Me abrocho el maillot aunque aun queda un kilómetro para que no se me acumule el trabajo como ocurrió el año pasado y aprieto si cabe un poco mas los pedales. Ya esta, que momento mas glorioso. Solo por estos minutos merece la pena venir a esta marcha.

 

Plato grande y bajo todos los piñones apretando todo lo que dan las piernas y el desarrollo para lanzar la bici. Aun así tengo un segundo para girar la cabeza y echar un ojo a las pistas de Formigal, ahhh que andamos haciendo encima de la bici, con lo poco que se sufre esquiando. Volvemos a la carga. El desarrollo no da para mas mientras voy trazando las curvas sin tocar el freno. Me adelantan dos tíos como obuses, una ultima vuelta de tuerca y me pego a ellos como una lapa. Uno de ellos va tirando como un poseso para el compañero y yo a continuación a rebufo. Hacemos el repecho tras el aparcamiento de Formigal sin enterarnos, cuando algún año hasta he tenido que quitar el plato y al fondo aparece una nueva grupeta. El que va tirando da una nueva vuelta de tuerca y yo me las veo y deseo para seguir ahí. Mi 50×12 aquí si que no da para mas. Nada mas pasar la presa de Lanuza entramos y no puedo evitar acercarme al tío y darle las gracias por el trabajo, yo con mi desarrollo no habría sido capaz de entrar.

En la grupeta se esta mucho mas cómodo. Avanzo posiciones y descubro que esta ahí Puskas. No me lo esperaba. Le pregunto y me dice que no va bien, que va jodio de la espalda y bastante petado. La verdad que buena cara no tiene.

Atravesamos el túnel de Escarrilla, donde ya se empiezan a ver los resultados de las obras. La iluminación completamente remodelada ha convertido aquel oscuro paso en algo completamente opuesto.

Fugaz paso por Escarrilla y cuando nos desvían hacia el Pueyo me voy para posiciones delanteras. De esta manera al llegar a este pueblo, no puedo evitarlo y me marco una pequeña exhibición en el “paves” de este pueblo. Diosss que gustazo. Aprovecho los metros que he sacado para soltar un poco en la carretera del embalse y tomar aire para la subida a Hoz que comienza con una cruel rampa. 10 minutos es lo único que pienso. Solo me queda ese tiempo de sufrimiento. Subo piñones y me decido a dar lo que me queda. Tengo un pequeño amago de calambre en el cuadriceps. Aun así subo con fuerza. Por detrás aparece Puskas como un obús. Nos ponemos en paralelo. Le voy aguantando el ritmo, hasta que me endiña un palito y se para escasos metros adelante, enlazo, y vuelve a pegar otro palito y entonces me acuerdo de que dijo que tenia la espalda jodía. Puskas siempre hace eso para soltar la espalda. Esta vez no le salgo y le dejo 50 metritos, pongo mi ritmo sin dejarle ir. Manteniéndolo a distancia mientras empiezo a buscar el hormigón ya con desesperación. Mucho sufrimiento en esa subida. Los últimos metros se me hacen interminables dándolo todo para no perder comba. La persecución continua en el descenso en el que creo que bajo mas rápido de lo que lo he hecho nunca, siguiendo la estela que me marca Puskas. No consigo recortarle, como va el tío. Atravieso el túnel de la presa y atacamos el repecho de Bubal donde tiro mi ultima bala. Aprieto con todo. Recorto muy levemente, ya empieza a bajar, vamos, vamos ya esta ahí, cuando en ese momento veo que Puskas mira hacia atrás y me ve. Levanta el pie levemente para que consiga enlazar. Gracias, que clase tienes mamón.

 

Ahora a volar hasta el final. Primer tramo alocado de fuerte pendiente y llegando a Biescas nos intentamos organizar, pero los relevos resultan ser un poco caóticos hasta que un tío pone orden “vamos a pasar todos a ritmo y vamos a llegar todos juntos”. Con todos firmes, aquello se organiza y empezamos a hacer camino, pasando unos 10 a relevo, lo nunca visto. Así seguimos hasta aproximadamente 9 kilómetros a meta donde a unos cuantos no les pareció suficiente el ritmo que íbamos marcando y pasaron a apretar un poco mas la rosca. Me voy para atrás dejando que sean ellos quienes trabajen ahora y comienzo a disfrutar el momento. Ya esta finiquitado y la satisfacción es grande.

Según nos acercamos a Sabiñánigo, lo de todos los años. Los que no tenían fuerzas de repente las recuperan milagrosamente y comienzan los acelerones y los palos, yo me quedo lo mas adelante posible para evitar problemas en la última curva y aprieto con fuerza en la recta final aunque sin esprintar ya que simplemente paso del tema. Botonazo al polar y el resultado 6h 35 minutos. Bien, bien y bien. Con todo lo que me ha pasado, con lo negro que veía continuar en Somport, la carretera al final ha sido justa y me ha permitido mejorar en casi 6 minutos el tiempo del año pasado. Pero sobre todo lo mas importante, este año he disfrutado, no he reventado en Portalet, he llegado entero a meta. Todas esas sensaciones que añoraba en mis crónicas del año pasado, las he tenido todas juntas aquí. ¿Que mas puedo pedir?

 

Felicito a Puskas, quien es la cara opuesta de la moneda. Se le ve completamente fundido, con la vista perdida, me veo reflejado en lo que sufrí hace tres años. Vemos a Klyde que ha terminado en un grandísimo tiempo a pesar de joder el desviador. Al poco llega Isma también contento.

Sin embargo, no todo es bonito en la meta. El calor nuevamente ha dictado cruel sentencia. Por todos los lados se ven auténticos zombis. Gente con la vista perdida. Desmayos y golpes de calor. Muy duro el día.

 

Ya solo queda la reparadora ducha, el platito de pasta, el masaje, el no parar un minuto de saludar y charlar con foreros, pirenaicos y multitud de rostros conocidos. De revivir cada momento de la marcha, de recopilar alegrías, tristezas y anécdotas, mientras compartimos una refrescante cerveza. Realmente esto es lo grande de la quebrantahuesos y no los 200 kms, los puertazos o quien hace mejor o peor tiempo.

Un año mas seguimos progresando, seguimos disfrutando de la bici con ilusiones renovadas, seguimos superándonos. Ahora a terminar de tachas unas pocas fechas mas en el calendario ya con la mente puesta en las cercanas vacaciones. El camino ha sido largo, desde el mes de febrero, agua, frío, viento han ido forjándonos para llegar hasta aquí y poner un bonito broche a todos estos meses de carreras, marchas y entrenamientos prácticamente cada fin de semana. El año que viene mas.

Publicado en Sin categoría | 2 comentarios

Tilff – Bastogne – Tilff 2008

Dicen que mas de dos es tradición y en eso precisamente se esta convirtiendo nuestra pasión por las clásicas. Un año mas la primavera encuentra un circulo marcado en rojo en el calendario, una fecha donde añadir un nuevo monumento del ciclismo a nuestro cada vez mas extenso curriculum. Este año la prueba elegida para esta fugaz escapada no es otra que la decana de este deporte, la mas clásica de entre las clásicas. Si hace unos años recorrimos las llanuras Flamencas con sus duros pasos de adoquín, ahora le toca el turno a la otra Bélgica, la de las Ardenas Valonas, sus verdes colinas y sus profundos bosques. Es el turno de la Doyenne.

 

Este año la verdad que la cosa ha sido rara. La intensa temporada que llevo y el diversificar mis objetivos habían hecho que no me centrara en este evento como en anteriores ocasiones. Este año mi mente no va mas allá del siguiente fin de semana, de la siguiente carrera, marcha o kdd, lo que provocó que incluso nos cogiera un poco el toro a la hora de planificar todo teniendo por ejemplo que buscar el vuelo prácticamente a ultima hora.

Tras algunas dudas la grupeta que viajaríamos a tierras belgas queda definida. Por parte bilbaína Iñaki, Luis, Olga de turismo y un nuevo fichaje, Pablo mientras que desde Madrid acudimos Frances y Yo.

 

Tras un vuelo sin incidentes, incluso llegando antes de tiempo y tras haber abandonado Madrid con un tiempo casi invernal, aterrizamos en una soleada Bruselas. Coincidimos con la sección Bilbaína rápidamente y tras recoger las bicis, que han llegado intactas marchamos a recoger los vehículos de alquiler y primera sorpresa agradable. No tienen el que habíamos reservado por lo que nos ofrecen uno de superior categoría al mismo precio. Nada menos que un Volvo V70 con sus asientos de cuero y todos los extras. Vamos, como señores. Casi da pena meter las maletas con las bicis en ellos.

Desde aquí, le introducimos las pertinentes instrucciones al señor tomtom y rumbo Lieja de la que nos separan unos 100 kms.

Después de un pequeño periplo por los alrededores de Lieja, llegamos al hotel situado a escasos kilómetros de la localidad de Tilff. Pequeño pueblo de los suburbios de Lieja donde da comienzo y final la versión cicloturista de esta prueba. El hotel tiene fácil acceso, junto a una autovía y justo en la cima de la cota de Sart Tilman, una de las ascensiones de la prueba profesional y que este año fue eliminada del recorrido a favor de un mayor espectáculo para evitar la bajada por autovía hacia Lieja.

 

No nos liamos mucho y tras descargar los coches, dejamos las bicis montadas y marchamos hacia Lieja para dedicar toda la tarde a hacer turismo por la ciudad que resulta extrañamente bulliciosa para lo que se estila por estas latitudes. Creo que el tiempo primaveral, casi veraniego, que nos acompaña tiene algo que ver en que las calles estén repletas de gente.

Por una vez no nos extendemos mucho y nos dirigimos de vuelta al hotel a una hora razonable para cenar en un restaurante italiano que había junto al mismo. Como siempre la pasta resulta obligada los días antes de una marcha. Hay que llenar los depósitos de glucógeno  y con mas razón tratándose de una marcha tan larga como esta con nada menos que 235 kms por delante.

 

El despertador suena pronto, demasiado pronto. Es lo que tienen estas salvajadas. Por suerte el hotel esta lleno de ciclistas, sobre todo un numeroso grupo de italianos por lo que nos preparan el desayuno mucho antes de lo que sería habitual. Resulta una delicia desayunar por estos lares. Buffet bien surtido de bollería, embutido, cereales, zumo. Todo es poco para afrontar tan duro reto.

Sobre las 6 de la mañana atravesamos la puerta del hotel ya con la luz del día sobre nuestras cabezas y el frescor mañanero en nuestra cara por si quedaba algún ápice de sueño. El cielo sin una sola nube parece anunciar un gran día de ciclismo.

 

La bajada hacia la salida en Tilff resulta un poco suplicio. He decidido, viendo el panorama, salir completamente de corto y claro, a estas horas hace fresco para ir así. Apenas realizamos una breve parada para juntarnos en la salida y emprendemos camino ya que aquí no hay que sellar. Para el que no sepa como funciona aquí el tema de las marchas cicloturistas, comentar que aquí realmente son marchas cicloturistas. No hay tiempos, ni chips y el dorsal únicamente sirve para encontrar luego las fotos que nos harán en puntos estratégicos del recorrido. Tampoco hay una salida multitudinaria, todos a la vez. Entre las 6 y las 9 de la mañana sales cuando te apetezca, al ritmo que te parezca mas adecuado.

Mucha gente se ve en la salida. De todos los gustos y colores. Gente con auténticos hierros con muchos años y kilómetros, otros con la ultima tecnología ciclista. Algunos con lo mínimo para ir a tope y otros con sus alforjas y todo. Bicis de carretera o de monte. Cualquier cosa vale.

De inicio nos tomamos la cosa tranquila. Vamos rodando hacia el sur siguiendo la vega de un río, intentando entrar en calor ya que aunque ha amanecido, el sol aun no asoma por encima del valle. Nos acompañan en este tramo los compis italianos con los que compartimos hotel, de los pocos con los que nos podemos comunicar con mediana fluidez en un chapurreado italo-castellano. Me preocupa Frances, como va a aguantar la etapita que tenemos por delante, como estará su cabeza, después del fiasco del finde anterior por las carreteras de la sierra norte madrileña, creo que ella debe pensar lo mismo ya que en cada mínimo repecho de los que empiezan a jalonar el camino sube con el freno de mano echado como en un intento de ahorrar hasta el último gramo de fuerza. De momento vamos aguantando, levantando el pie para reagrupar cada vez que se descuelga, aunque ello nos suponga perder algún grupito bueno. Así, casi sin darnos cuenta, alcanzamos la primera cota del día: Oneux. Ideal para coger temperatura. Según entramos en la misma paso a las primeras posiciones de la grupeta en la que vamos, acompañado por los italianos. Subimos a ritmo, gozando esta primera ascensión, que resulta ser larga, unos 4 kilómetros, entre verdes prados que con el tímido sol del amanecer dan al lugar un ambiente muy bucólico. Unido al frescor mañanero convierten la ascensión en una autentica delicia. Me acompaña en la subida Pablo que parece que viene con fuerzas. Luis se ha quedado unos cientos de metros por detrás y a Frances e Iñaki los perdí incluso antes de comenzar la ascensión. El final de la misma, se pone interesante con un par de rampitas de las de dos dígitos que obligan a usar piñones altos por primera vez. Aquí me doy cuenta de una cosa, me noto muy buenas piernas. Subo de pie, con mucha cadencia y prácticamente sin despeinarme por un lugar donde habitualmente lo mínimo hubiera sido meter alguna riñonada.

Arriba nos encontramos con un puesto de los fotógrafos oficiales de la organización, pero hemos llegado demasiado pronto. Aun están montando el tinglado así que no tendremos foto en este lugar.

Paro a esperar. Pablo venia casi a rueda, solo perdió unos metritos después del rampón final y a Luis parecen atragantársele estos repechos tan duros en un año enfocado hacia el objetivo de Roth y por tanto donde la prioridad es aguantar mucho tiempo, rodando acoplado por un terreno fundamentalmente llano.

 

Decidimos seguir suave, prácticamente parados para no quedarnos fríos pero a su vez dar tiempo a que entren Frances e Iñaki. La carretera se adentra en una maraña de verdes campos y suaves colinas lo que supone entrar en una zona que podría definirse como lo mas característico de esta prueba. Ni un metro llano.

A duras penas consiguen enlazar estos a cuyo ritmo vamos prácticamente al ralentí de hecho miro el polar y veo que apenas llevamos 21 km/h de media por lo que me empiezo a rallar. Aquello puede ser muy largo. Nuevamente en otra zona de repechos, casi cotas de esas que no figuran en el perfil, se nos vuelven a desenganchar. En esto que en una larga recta pasa un tren de alemanes a todo trapo y no lo dudo un segundo, la grupeta es buena. Pablo me dice que a donde voy y yo le repito que apriete que el grupo es bueno. De hecho, nos instalamos cómodamente a rueda afrontando ya la segunda cota: Werbomont, que la verdad no tiene mucha historia. Una larga recta por carretera ancha y tendida. De hecho no quito el plato prácticamente hasta arriba y mas por conservar piernas y subir con cadencia que por otra cosa. Tras ella una rapidísima bajada salpicada de un par de repechos que nos van a dejar en el primer control.

El avituallamiento que lo acompaña va a ser en todos los controles igual. Kit completo de botellín de isostar, botellín de agua, pan de especia (muy típico de las marchas de por aquí, a mi me resulta delicioso, otros creo que le cogieron tirria, jeje), unas galletas rellenas de miel deliciosas mas barritas. Un 10 para la organización en este aspecto. De hecho pasee por media Bélgica las barritas y glucosas que llevaba. Esperamos a Frances e Iñaki para ver que hacemos ya que continuar en ese plan toda la marcha puede ser insufrible con la enorme disparidad de niveles que hay. En estas estamos cuando me fijo en un par de maillots de Zarabici. “Jodo, están en todas las partes estos tíos” pienso, cuando de repente me saludan. Es Irizar, el que nos encontramos el año pasado en Milán-San Remo y hace otro par de años mas en la Ariegeoise y uno de los papas junto a Biktor de lo que fue la primera edición de la Pirenaica, de hecho a los dos zarabici también los conocíamos de hacer aparición en dicho evento, la chica, Montse, de hecho es de Urzainki. Una maquina, ganadora el año pasado del recorrido corto de la Larra-Larrau.

En esto aparecen también Frances e Iñaki y aprovechamos para echar unas fotos.

Volviendo a donde estábamos, parece que Frances ha pensado lo mismo que nosotros y directamente nos dice que no nos preocupemos y que tiremos a nuestro ritmo que ella va a ir muy tranquila, el miedo escénico es lo que tiene. La verdad que se lo agradezco, a partir de este punto comienza de verdad la diversión y como nos lo vamos a pasar.

 

Según salimos del avituallamiento pasa otro tren alemán que llevan un ritmo muy considerable. Sin dudarlo nos enganchamos. Poco a poco vamos abandonando la zona de colinas y las llanuras cobran protagonismo con lo que el grupo se acrecienta a la par que el ritmo que en algunos momentos resulta bastante alto, teniendo en cuenta el tipo de prueba donde nos encontramos. Yo estoy en mi salsa. Me encuentro pletórico, siempre entre las primeras plazas del grupo, dando algún relevo cuando se tercia y controlando para no perder a los compañeros. Entre tanto, me voy fijando en los carteles de las carreteras y veo que nos vamos aproximando a Houffalize. A la mayoría no les dirá nada este lugar, pero para los que venimos de la mountain bike se trata de uno de los circuitos míticos de copa del mundo. A pocos kilómetros de esta localidad, abandonamos la carretera buena que traíamos para afrontar una nueva cota “puntuable” que añadir al sin fin de repechos y cotas “no puntuables” que hemos ido encontrando a nuestro paso. En este caso le toca el turno a la ascensión a Bonnerue, nuevamente una agradable subida entre campas que arrastrados por el ritmo que traíamos se hace a muy buen ritmo. El principio es suave y un suave curveo en la parte final mas inclinada hace que las piernas se resientan del cambio de ritmo. Pablo sube conmigo mientras Luis se vuelve a quedar y le esperaremos arriba. Tras ella, otro tramo de rodar por los escenarios de cruentas batallas durante las contiendas mundiales, como así atestiguan los numerosos monumentos que encontramos en cada pueblo que atravesamos y de repente nuevo control. Ya estamos en Bastogne.

Paramos lo justo en este control para sellar, comernos un kit completo de avituallamiento, rellenar bidones y salir. Aun van fuertes las piernas a pesar de llevar ya 97 kms en las mismas.

Al salir la parada se deja notar y durante unos kilómetros el ritmo es bastante comedido hasta que poco a poco se va formando un nuevo grupo. Nuevamente estamos en una zona de terreno relativamente llano, vamos, donde los repechos no son tan pronunciados. El grupo en el que vamos, siempre en las primeras posiciones no lleva un ritmo tan endiablado como el que nos ha llevado hasta Bastogne, con lo que poco a poco se van añadiendo unidades al mismo hasta formar un pelotón considerable. Ahora viene un tramo bastante largo hasta la próxima cota y el viento que da de cara nos obliga a ir lo mas resguardado posible. Aun así, el ritmo que llevamos no me convence demasiado por lo que en ocasiones pasamos al relevo intentando dar un poco de vida a aquello hasta que nuevamente volvemos a adentrarnos en la zona de colinas próxima a Houffalize donde ya definitivamente tomamos la iniciativa del grupo. El terreno se adentra entre carreteritas estrechas y reviradas. De esas que cabe un solo coche, con el firme de hormigón, las típicas carreteras de las clásicas, ideales para las emboscadas.

Así de entretenidos estamos cuando llegamos al siguiente control donde como novedad nos ofrecen una lata de redbull, que nunca viene mal para remontar el vuelo con nuevas alas. Miró el cuentakilometros, estamos en el kilómetro 128. Poco mas de 100 para el final. Esto esta chupado pienso, a pesar de que en breve comenzará la sucesión ininterrumpida de cotas, cosa que casi prefiero ya que apenas he quitado el 50 en lo que va de marcha.

 

Salimos de allí. Pena de avituallamiento ya que ha supuesto que la grupeta en la que tan cómodamente veníamos quede desintegrada. Ahora la carretera comienza picando hacia abajo y se dirige hacia un enorme bosque que se ve en lo alto de otra colina. Alcanzamos a los amigos Italianos del hotel que no parecen llevar tanta alegría como al comienzo. De hecho van bastante clavaditos. Según nos adentramos en el bosque, la carretera comienza a picar hacia arriba, el asfalto se vuelve rugoso y roto y aquello se estrecha hasta quedarse en poco mas que una pista forestal asfaltada. Es terreno que te pide rodar deprisa, con el plato, pero a su vez en un continuo picar hacia arriba y con las dificultades que ofrece el firme es una buena zona para montar una buena escabechina. Luis sufre como un cochino, a Pablo también le cuesta un poco seguirme en este tramo donde me emociono y voy pletórico. No parece acabarse nunca. Tramo muy duro hasta que coronamos y una rápida y revirada bajada nos saca de dicho bosque por el lado contrario. Pablo me alcanza tras un calenton para decirme que levante el pie ya que Luis tuvo que parar porque se le cayó el tubular de repuesto, así que aprovechamos el aire de culo y la larga recta que tenemos por delante para dejarnos llevar mientras este nos alcanza, aunque el pobre lo hace justo cuando comenzamos la ascensión a la siguiente cota y ya una de las que sale en la tele, Mont le Soie. Larga, de unos 4 kms y con rampas duras en su parte final.

Casi agradezco por fin subir de verdad después de tantos kilómetros a plato. Las piernas siguen respondiendo bien y me encuentro subiendo con mucha cadencia. Pablo se emociona, pone un ritmo duro y se va unos metros por delante. A veces conviene tener la sangre fría ya que en la parte final se atasca un poco ya que le vuelvo a echar mano para coronar a la par. Nuevamente esperamos allí arriba a que aparezca Luis que ya viene tirando de 30.

Rápida y revirada bajada, de las que me gustan, por carreterita estrecha y casi sin respiro afrontamos la siguiente cota: la Côte de Wanne que comienza con un durísimo rampón que vas viendo venir desde la bajada aunque luego tras pasar el mismo suaviza mucho y se deja subir bien. Nueva parada arriba para esperar al triatleta y a los pocos metros de comenzar el descenso nos damos de morros con un nuevo control.

 

El calor comienza a hacerse notar así que en este avituallamiento nos tomamos nuestro tiempo. Estamos en el kilómetro 164. Ya lo tenemos chupado, aunque aun quedan las cotas mas duras. El control se ubica en un pequeño pueblecito junto con una iglesia cementerio que casi parece ser una advertencia para los menos preparados. Un cartel señala hacia nuestro próximo destino, la localidad de Stavelot.

La bajada es rapidísima y se queda uno un poco destemplado tras la parada en el avituallamiento. Menos mal que pronto llegamos a dicha localidad y el cruce adoquinado por sus calles, adoquín duro y roto, sirve para coger temperatura de cara a la siguiente cota, una de las duras, muy dura, la Côte d’ Amermont.

Ya en las mismas calles comienza el terreno a picar hacia arriba, cada vez un poco mas hasta que llegamos a un punto, donde realmente comienza la cota cuando nos desvían bruscamente a la izquierda para subir por una carreterilla donde apenas cabe un coche y una durísima rampa de garaje ante nuestros ojos. Según la información de la organización nada menos que un  21%, así, sin anestesia. Subo piñones de golpe y la afronto con buena cadencia. La gente a mi alrededor va clavadísima y no es para menos, la rampa es muy dura. Los jadeos y la respiración acelerada en esta subida sin embargo, son tapados por otro sonido que proviene de algún lugar muy cercano. Rugidos de motor llegan hasta nosotros dada la proximidad en este punto del circuito de velocidad de Spa-Francochamps. Resulta curioso estar ascendiendo una durísima cuesta en medio de la nada, rodeado de campos verdes, fincas y casitas y a la vez, en vez de los sonidos del campo escuchar ese sonido revolucionado que casi te estimula a apretar tu también el gas. La parte de arriba suaviza y justo en el punto donde coronamos a la derecha a lo lejos podemos ver parte del circuito. Nueva parada para el reagrupamiento.

Nos lanzamos a por otra bajada rapidísima y en algún tramo técnica que nos deja en otro pueblo para sin descanso enlazar con la siguiente cota en una durísima rampa donde pasamos de golpe del desarrollo mas duro casi al mas blando. Estamos en la ascensión al Col du Rossier y como su nombre indica, esto ya mas que una cota es un puerto. Casi 5 kms de ascensión que aunque bastante tendida, se van a hacer largos por el calor que hace en este tramo y por el desgaste. Casi de mutuo acuerdo Pablo y yo que subimos en paralelo, sin cruzar una palabra decidimos poner un ritmo un puntito menor y contemporizar. La subida no parece acabar y este pasa un pequeño momento de crisis. La gente a nuestro alrededor tampoco va muy eufórica que se diga. Todos parecen subir a cámara lenta. Ni se la de gente que adelantamos en este tramo. De hecho arriba parece una gran reunión con un montón de gente parada buscando las escasas sombras que hay en este punto. Luis tarda un poquito en llegar.

 

Ahora tenemos un larguísimo tramo favorable. Primero la bajada de la cota, de similares características al lado por donde hemos subido por lo que toca pedalear bastante. Nos estamos adentrando en un intrincado valle del cual no se ve salida. Por todos los lados estamos rodeados de bosque y altas colinas. Por una vez resulta que la salida no es por lo mas alto sino que la carretera continua adentrándose en el valle para comenzar a ganar altura nuevamente en una zona de repechos donde llegué a pensar que ya habíamos alcanzado una nueva cota. Pero no, aun quedan unos pocos kilómetros para afrontar la Côte de Xhierfomont, por suerte tendidita, para recuperar de esfuerzos anteriores rodeados de extensas praderas y con unas excelentes vistas sobre el valle por el que acabamos de transitar. Aprieto un poco el ritmo para quitar carbonilla y veo que las piernas siguen respondiendo, subiendo con mucha cadencia y fuerza, gustándome. Es increíble. Debemos estar haciendo las cosas bien este año cuando con 200 kms que llevaremos en las piernas en el momento de coronar esta cota, no he tenido ni un momento de debilidad ni de crisis. Como se disfruta de la bici esos días que vas “sin cadena”. Arriba paro a esperar y relajar la vista con aquel paisaje, bueno y también con la guapísima triatleta a la que adelantamos en la subida a la que no puedo evitar echar una foto. Yo que pensaba que estas chicas solo salían en las revistas. Nuevamente nos toca esperar a Luis que hoy no sube nada y nos lanzamos en otra divertidísima bajada para enlazar con un larguísimo tramo llano que nos va a conducir hacia la mítica Redoute.

 

Aquí el aire nos entra favorable y pronto se hace una buena grupeta donde el ritmo se vuelve muy alto. Vamos pasando bastantes con fuerza a los relevos, incluso Luis que aquí si encuentra su terreno. Es momento de contemporizar y preparar las piernas para el momento cumbre que nos espera. Aun así, no puedo evitar fijarme en detalles como la bici “A vendré’ que había en la entrada de una casa ¿será de algún participante que ha decidido que ya tiene suficiente? también las muchisimas Harleys que pasaron en dirección contraria ponen el toque de color. Unos hacen marchas de bicis y otros de motos aunque seguro que unos sufren un poquito menos.

Tras un recodo de la carretera, se observa al fondo la autovía junto a la cual sube la mítica cota tal y como hemos visto mil y una vez en la tele y como en anteriores monumentos ahora somos nosotros los protagonistas. Pensarlo te pone la piel de gallina.

Alcanzamos las calles de Remouchamps, el pueblo de Philip Gilbert y cuando cada músculo ya va tenso y preparado para afrontar el duro reto, zass, de repente aparece el último control y te corta todo el encanto. Vaya.

En fin, no queda mas remedio que parar y sellar. Apenas lleno un bote ya que apenas quedan 15 kms a meta y como algo mas por gula que por necesidad.

 

Reemprendemos la marcha intentando recuperar ritmo lo mas rápidamente posible ante la inminencia de la ascensión a la mítica Redoute. Pequeño callejeo por el pueblo y un cartel señalándonos dicho topónimo. Ante las primeras rampas recupero todo el aura y la motivación que traía en el tramo precedente. Pongo todo el ritmo del que son capaces mis piernas, motivándome con las pintadas de la calzada que aunque animan a Philip Gilbert en ese momento te las imaginas dirigidas hacia ti. Viene a la cabeza el durísimo ataque en este punto del grandísimo Bettini hace unas pocas semanas. Gran cantidad de gente en los laterales viendo pasar a los esforzados ciclistas. Animando como solo se sabe hacer cuando se siente el ciclismo.

La primera rampa paralela a la autovía pone las cosas en su sitio. Mucha gente va haciendo eses, pegando chepadas a cámara lenta. Mi pulsómetro por las nubes con casi 220 kilómetros en las patas y las piernas con una fuerza inusitada.

Un triatleta me adelanta como un obús por la derecha, pienso para mi, este no sabe donde va. Efectivamente, unos metros mas adelante, justo cuando pasamos junto a un monolito que señala que nos encontramos ascendiendo la Redoute y homenajea a la Doyenne, la carretera gira levemente hacia la izquierda, se aleja de la bulliciosa autovía y redobla su inclinación. Ante nosotros una durísima rampa del 20% de desnivel. Mucha gente subiendo andando y otros clavadísimos, como el triatleta al que supero con una cadencia que me deja impresionado. Los ánimos de la gente me hacen si cabe aun redoblar el esfuerzo. Voy disfrutando como hace mucho no lo hacia.

Acaba el duro rampón pero no es el final. Un mínimo descansillo de unos metros donde hay gente parada en los lados completamente reventada del esfuerzo que ha supuesto vencer tan dura pared. Al fondo la carretera traza una ese para en otra dura rampa vencer los metros finales de esta cota. Ni siquiera aflojo el ritmo, bajo un piñón y aprieto con ganas, sin sentarme, completamente encendido. Incluso en la parte final, donde me encuentro rodeado por varios ciclistas que suben a duras penas me permito pegar un pequeño demarraje para coger la posición buena para salir en las fotos oficiales que nos hacen en la cima. Simplemente tremendo. Que sensación de satisfacción se me ha quedado cuando paro arriba y saco la cámara para inmortalizar la llegada de Pablo que también ha subido con fuerza recuperado ya su pequeño momento de crisis y Luis un poco mas atrás al que aprovecho para echarle un video “animándole” de esa peculiar manera que puso de moda el niño.

Foto junto al cartel de la Redoute para la colección y sin perder un instante reemprendemos la marcha. Al principio no hay descenso, lugar ideal para preparar una emboscada si has coronado con fuerza pienso. Cuando ya empieza a bajar, la cosa es breve ya que desembocamos en una carretera mas ancha con un brusco giro a la derecha seguido de un duro repecho donde toca atravesar la cadena. Tras el mismo, ahora si bajamos de verdad hacia las calles de Sprimont desde donde afrontaremos la última cota del día, Hornay (aunque en la tele la suelen llamar cota de Sprimont) No es mas que una larga calle, el porcentaje bastante mantenido en torno al 7% donde no me siento en toda la subida, ascendiendo con desarrollo. Momento glorioso. Corono y último reagrupamiento. Paro a desaguar y viene Luis antes de lo que preveía. Ni siquiera para. Salgo y pongo ritmo de caza. Pablo me estaba esperando. Nuevamente no hay descenso y toca pegarnos un fuerte calenton para enlazar. Cuando vamos a lograrlo nos coge un semáforo en rojo y como todos sabéis, aquí se para en los mismos. Nuevamente ritmo de caza. 40-45 km/h, ni me creo como voy. Luis levanta un poco para permitirnos entrar cuando justo comienza el descenso hacia Esneux. Bajada rapidísima y estrechita entre árboles. Curvas de coger a 60 km/h. y desembocamos en la carretera por la que esta mañana partíamos. Apenas unos kilómetros hasta Tilff donde repito la de Flandes. El tren se pone en marcha. Mas de 40 por hora, terminando con fuerza, momentos gloriosos donde realmente saboreas toda la marcha mientras repasas el día en tu mente. Hoy si, Luis me da relevos y en un suspiro alcanzamos Tilff. Otra mas para la saca. Somos todo unos clasicómanos. La Doyenne ya esta en el curriculum.

 

Tras las felicitaciones, ya mas calmados recogemos los “obsequios”, camiseta, diploma, medalla, etc… y nos vamos sin demora hacia el hotel. No había caído yo en que tenemos una cota extra. Tenemos que subir Sart Tilmann  para llegar al mismo. Aunque ya el ritmo es otro. Luis directamente pone el 30, Pablo y yo nos vamos a nuestro ritmito comentando los pormenores del día. Se nos ha ocurrido una buena idea. Nos vamos a duchar rápido, vamos a coger el coche y nos vamos a acercar a Remouchamps, a ver pasar a Frances e Iñaki por la Redoute y echarles fotos.

De esta manera ya el disfrute es pleno. Nos hacemos fotos en el monolito que antes mencionaba mientras vemos pasar a los últimos integrantes de la marcha con el rostro del esfuerzo grabado en su faz. Ya apenas queda gente en los alrededores y nuestros gritos de animo hacia estos esforzados son lo único que rompe la paz del entorno. Iñaki sube sobrado y Frances demostrando un grandísimo pundonor, sacando fuerzas de donde apenas quedan vence las durísimas rampas de la Redoute donde otros han reventado vilmente. Realmente yo no confiaba antes de llegar aquí en que consiguiera vencer esta prueba, pero esta chica es de lo que no hay. A cabezonería y narices no le gana nadie.

Tras las fotos y felicitaciones, nos citamos en la meta para disfrutar de una merecidísima cerveza como no podía ser menos. Simplemente todo ha salido perfecto, no se puede pedir mas.

 

Tras esto poco mas que queda que relatar. Al día siguiente a pesar del cansancio, decidimos no sobrarnos en la cama y recoger a una hora prudente para aprovechar el día. El plan es hacer “cicloturismo” así que nos acercamos a visitar dos importantes localizaciones de la geografía ciclista. Uno el famoso muro de Huy, final de la Flecha Valona y desde ahí a la ciudadela que preside la ciudad medieval de Namur, para finalmente tomar rumbo a Bruselas ya que la sección bilbaína vuela relativamente pronto. Les dejamos en el aeropuerto y Frances y Yo aun alargamos un poco mas las estancia en una rápida visita al Atomium en Bruselas donde lo que mas disfruto es el largo rato donde nos podemos relajar, estirados en el césped en el parque que rodea el lugar, recapitulando el fin de semana al que no consigo encontrar ninguna pega. La verdad que me invade la morriña cuando ya subidos en el avión veo alejarse el suelo y este país que ciclísticamente representa tanto para los que adoramos este deporte y en concreto estas pruebas donde el espectáculo y la épica adquieren su máxima expresión.

Publicado en Sin categoría | 1 Comentario