Menudo gustazo, después de todo el año dando vueltas por la geografía española hacer una marcha como quien dice, en casa. Por los puertos que tantas veces hemos subido y que conocemos de memoria, solo que esta vez acompañados de otros 1500 ciclistas que quieras o no le dan a las carreteras de siempre ese saborcillo especial que solo se consigue en las marchas y todo ello bajo la batuta del mas grande, Perico Delgado.
La verdad que a estas alturas del año, la gente ya no estaba con intenciones de hacer muchas burradas y costó convencer a la peña. Ni siquiera yo con un estado de forma en continua caída casi desde la QH me mostraba muy convencido de poder afrontar con garantías este recorrido, pero sin embargo, lo que me atraía era precisamente lo que menciono arriba, el poder hacer por fin una marcha de estas al lado de casa y por lugares conocidos. Tras un domingo de ruta por Morcuera y Canencia hace un par de semanas, deje prácticamente convencidos a Frances y a Pedro para que se unieran a la aventura y así era hasta la semana pasada, cuando de repente el lunes, ultimo día para realizar la inscripción, me encuentro con que de repente a todos les ha entrado ganas de hacer la Perico. A Ana la convenció Pedro y la sorpresa fue que me entero que Iñaki, Neuro y Josan también bajan después de que Frances aplicase ese poder de convicción con el que solo cuentan las mujeres. Así que deprisa y corriendo ultiman las inscripciones y nos emplazamos para el finde.
El sábado por la tarde decidimos acercarnos a Segovia para evitarnos los agobios de recoger los dorsales el mismo día de la marcha y aprovechamos para comprobar que la bajada de las siete revueltas promete emociones fuertes al día siguiente. Allí esta Perico controlando el cotarro y como tantos otros aprovechamos para hacernos unas fotos con él. También descubrimos que a Josan por error, le han entregado dos dorsales uno de los cuales es aprovechado por el niño que al final no se había apuntado, así que otro más. Desde ahí vuelta a Soto para cenar en el Julian’s que por cierto teníamos un poquito abandonado últimamente.
Domingo por la mañana. Hoy es el día. El despertador suena a las 5:30 aunque la verdad no me cuesta demasiado levantarme. Como he dejado preparado todo la noche anterior, voy sin prisas, desayuno y me largo a recoger al niño. Desde ahí, en otro ratillo más nos plantamos en Segovia sobre las 7:20. Sobrados de tiempo.
Vemos a John_Silver y a Rubén que andan por allí también. Estos llegan con la hora pegada al culo y entre colocaciones de chip y demás, nos dan las 8 y todavía estamos en el polideportivo. Tenemos que bajar hasta la explanada del acueducto que es donde se da la salida…..precisamente a las 8. Nos lanzamos a saco por las calles de Segovia, menos mas que uno se conoce al a perfección aquello y llegamos con rapidez, justo en el momento en que comienzan a salir los primeros, uff demasiado justo. Los primeros kilómetros hasta Torrecaballeros son neutralizados. Rodamos Neuro, Josan, Joaquin y yo juntos. Este tramo de la salida de Segovia resulta especialmente tenso ya que al ir neutralizado los parones son constantes al atravesar el compacto grupo de 1500 ciclistas las rotondas que aparecen en la carretera. Atravesado Torrecaballeros, en el kilometro 11, se da la salida oficial, empiezan a contar los tiempos y aquello por fin empieza a tomar ritmillo. Vamos los 4 juntos rodando deprisita pero sin cebarnos, excepto algún calentoncillo para saltar de grupo en grupo. La carretera por aquí va bordeando el lado norte de la sierra y aunque es llano, pero tiende a picar hacia arriba con constantes toboganes, mientras buscamos la localidad de Navafria donde dará comienzo la primera ascensión de la jornada allá por el kilometro 30. Atravesamos el pueblo de Navafria y en este punto comienzan los 10 kilómetros de los que consta la ascensión. La verdad que es un puerto muy tendidito y sencillo de subir, pero no por ello hay que quitarle el merito de ser una subida preciosa entre pinares, por una carreterita estrecha con muy buen asfalto, vamos una subida de esas en las que se disfruta más que se sufre. Josan se le ve fuerte y a las primeras rampas un poco más duras se va por delante. Yo me quedo con el niño y con Neuro que llevamos un ritmo alegre pero sin pasarnos, aunque unos pocos kilómetros después parece que el ritmo es demasiado para Neuro, que va a ser verdad eso de que apenas ha tocado la bici desde la pirenaica y se acaba descolgando. Yo voy charlando con el niño que se dedica a hacer exhibiciones como subir un kilometro a plato porque si (bueno…yo le incite un poquito)……estos chavales. En un par de curvas de herradura enlazadas, quizá lo más duro del puerto por destacar algo, vemos arriba a Josan y decidimos acelerar el ritmo para engancharlo y justo en la misma cima le engancho para robarle un botellín de agua del avituallamiento, jejeje, otros esprintan por los puntos de la montaña. Me paro pasada la cima a echar una meadita y estos tiran para delante. Les cogeré en la bajada, pienso, pero una vez que me pongo a bajar veo que la cosa va a estar complicada. Lo que era un asfalto delicioso por el lado de Segovia, se convierte en un patatal en la cara madrileña. Grandes baches provocados por los múltiples parches que han ido colocando año tras año y mogollón de gravilla hace que tengamos que ir con mil ojos. Aun así me lanzo a saco ya que la experiencia de las carreteras francesas, mucho peores por lo general que estas, es un grado. Sin embargo hay mucha gente que adelantar y vehículos de la organización, con lo que me es imposible alcanzar a estos dos. 9 kilómetros adelante, con un dolor de muñecas de la ostia llego a Lozoya, ya de aquí al final es todo terreno conocido. En cuanto salgo a la carretera del valle aprieto los riñones y procuro enganchar un grupito para el tramo de llano hasta Canencia que se hace a mil por hora (ya lo hacemos deprisa cuando vamos normalmente de ruta…así que en una marcha…uff) Así que entre la bajada que no era muy de descansar, el tramo este en el que me pego un buen calentón y que las sensaciones no son las que deberían ser me preocupo un poco, ya que tengo miedo de llegar a Cotos y petar….en fin ya se verá como van las cosas.
Desvío a la derecha y tomamos la carretera que nos lleva al pueblo de Canencia. Unos cuentan la ascensión desde este punto y otros desde que quedan 5 kilómetros para la cima del puerto, aunque lo más habitual es contar como punto de inicio el pueblo de Canencia desde donde hay 9 kilómetros hasta arriba. Del cruce hasta el pueblo hay 5 kilómetros que pican claramente para arriba, pero con un desnivel mínimo, que como vamos en grupo apenas se notan. Aquí se va deprisita, quizá un poco de más (o será que mis piernas van de menos). Llegamos al pueblo y una rampita para cruzarlo nos recuerda que estamos subiendo un puerto, aunque los siguientes 4 kilómetros vuelven a ser casi como desde el cruce. No es hasta el lugar donde cruzamos un puente sobre el arroyo que da nombre al puerto donde tenemos la primera rampa de consideración que comienza a clarificar las cosas. Otro descansito hasta que tomamos una nueva vaguada a la vuelta de la cual una señal del 9% nos pega en la cara. Sin embargo aquí el conocer el puerto es una ventaja y este es uno de mis puertos preferidos de subir ya que es de los que yo digo que tienen el puntito justo, no se es una subida que tiene un algo. La realidad es que aquí se en cada momento que desarrollo usar donde apretar y donde descansar, por lo que parece que vuelo en comparación con la gente que me rodea. Atravieso las curvas de herradura, de ahí la recta infernal hasta el descansillo que no parece que tenga desnivel pero siempre se agarra, cartel de 2 kms, llega el descansillo que son 100 m casi llanos para enganchar la parte final, la más dura. Rampa que se empina progresivamente hasta la última herradura donde pica un 10%, suaviza un poco mientras la carretera serpentea, ultimo kilometro y enganchamos el tramo de las eses donde la carretera hace un par de curvar que vuelven a alcanzar la pendiente de dos cifras para llegar a la cima que marca prácticamente la mitad de la marcha y donde se encuentra el avituallamiento gordo. Ya llevo 2.
Como las patas no están todo lo bien que deberían, me tomo mi tiempo para rellenar los bidones y comer un par de plátanos antes de lanzarme a saco hacia Miraflores. Aquí el conocer la carretera vuelve a ser puntos extra y bajo literalmente a saco pegándome unas tumbadas casi de gran premio. Lo único que me fastidia de esta carretera es el repechón que hay a la mitad que normalmente lo haces a saco porque ya estas terminando pero que hoy me obliga incluso a quitar el plato. Último tramo de la bajada ya en las calles de Miraflores donde procuro soltar un poco las piernas ya que Morcuera empieza inmediatamente, sin un metro de descanso.
Este es el otro puerto de los nuestros. Clásico donde los haya. Uno de los puertos más duros de Madrid (el segundo más duro después de Abantos), que va a ser la primera vez que lo suba con tantos kilómetros en las patas. Los primeros kilómetros se hacen bastante duros hasta que coges el ritmo bueno de ascensión. La constante de este puerto es el 7 % que aunque no pueda parecer mucho, durante mucho tiempo mantenido como es este puerto resulta una dura prueba tanto para las piernas como para la cabeza. Unos metros adelante, alcanzo a dos chicas del rótulos castilla, un equipo de carretera solo de chicas. Les animo y me pongo a charlar con ellas. La una se queda y me voy para arriba con la otra charlando de todo un poco lo que hace que la ascensión sea mucho más amena. De hecho casi sin darme cuenta alcanzamos el punto kilométrico 13 donde comienza el tramo duro de la ascensión, un kilometro duro duro donde la pendiente alcanza una máxima del 12 % justo antes de hacer una curva de vaguada que marca el final del suplicio. De aquí al final vuelve el 7% constante suavizado por unas vistas acojonantes cuando desaparece la vegetación. Ultima rampa antes de coronar al 10% y nuevo avituallamiento liquido en la cima donde nos dan un bidón de sales. Pregunto la chica esta me dice que ella también tira para abajo que su amiga va a ir a su ritmo así que ya iremos juntos hasta Segovia.
Al inicio de la bajada veo al niño y a los Giles parados en una cuneta. Paro a ver si necesitan algo y resulta que están allí porque Jonh_Silver se ha pegado una ostia de impresión. Aunque cuando yo paso me dice que ya está bien, con un golpe muy tocho en una rodilla que parece que, aunque despacito, no le va a impedir terminar. Me dice que continúe que ya nos veremos en Segovia. Me lanzo a saco para alcanzar de nuevo a la chica del rótulos castilla (Maria se llamaba) y a punto estoy de tener yo mismo un susto en una curva de 90º a derechas en la que no vi del todo bien la trazada y enderece la bici demasiado pronto con lo que raspando la gravilla del borde pero conseguí pasar.
Decir que la bajada de Morcuera es para conocérsela, sino resulta muy técnica y peligrosa ya que el trazado de las curvas es muy engañoso. Sin embargo si la conoces es súper divertida con constantes curvas enlazadas y herraduras en su parte inferior. Aprovecho la parte de arriba también para comer y beber algo de manera que me de tiempo a asimilarlo en la bajada y sin más contratiempos llegamos a Rascafria. Tramito de pavés para atravesar el pueblo y 3 kilómetros de llano hasta el Monasterio de El Paular punto que habitualmente se toma como inicio de la ascensión a Cotos, ultima dificultad de la jornada. Son 14 kms, bastante tendiditos, pero larga….muy larga, y mas con 100 y pico kilómetros ya en las piernas. Además esta subida tiene un problema y es que transcurre entre un pinar muy cerrado que apenas permite ver la misma y no sabes si te queda mucho o poco. Si a ello le sumamos que todas las curvas son iguales a mí personalmente me resulta bastante pestosa. Aquí la esparramera que se forma es de consideración y ves que la gente por lo general va muy madura. No hay grupos, solo un rosario de gente, no ves más de dos o tres ciclistas juntos. Yo sigo subiendo con la chavala esta que pese a ir ya un poco chascadilla aguanta como una jabata. Como vamos hablando y demás el puerto no resulta tan pestoso y los kilómetros pasan rápido, aunque es a partir de la mitad donde a ambos nos entra un poco el bajón. Menos mal que hoy llevo un gel de esos en el bolsillo del maillot que resulta ser casi milagroso porque a los pocos minutos de tomarlo me encuentro otra vez recargado y a sentir las fuerzas. Solo tiene un defectillo y es que es súper pringoso y me pongo perdido y pegajoso.
Sin más incidentes alcanzamos la cima del puerto donde nos avituallamos ya que aunque todo lo que queda, salvo el enlace de 7 kms casi llano hasta Navacerrada, es casi todo bajada, seguro que se va a correr muchísimo en el último tramo cuando se empiecen a formar grupos y no es plan agarrarse un pajarón justo al final.
En el tramo hasta Navacerrada vamos rapidito rodando a plato, yo creo que son más las ganas de llegar que otra cosa y alcanzado Navacerrada, aquello es de vicio. Una carretera con un asfalto simplemente perfecto y curvas bien trazadas que se bajan a mil por hora. Las tumbadas son simplemente de impresión, jamás había cogido curvas sin frenar a 70 por hora, vamos….la leche. La cosa se tranquiliza tras este primer tramo cuando se llega a la zona de las 7 revueltas donde las numerosas frenadas marcadas en el suelo delatan que muchos por delante han ido demasiado eufóricos en esa zona. Tras las 7 revueltas un último tramito de bajada hasta el puente sobre el rio Eresma y desde aquí hasta La Granja de San Ildefonso aunque es principalmente para abajo empiezan a hacer acto de presencia numerosos repechos. Se forma un grupo en el que somos unos 10 y empezamos a tirar a saco. Me alegro hoy porque somos bastantes los que pasamos a relevo, cosa nada habitual donde la gente ya se hace la remolona a estas alturas. Así que como hay buena sintonía, no hacemos más que alcanzar gente y otros grupillos que van añadiéndose al nuestro. Atravesamos Pradera y Valsain y pasamos la rotonda de La Granja a una velocidad nada recomendable. Alcanzamos otro grupo grande con lo que ya somos unos 40 en el grupo. Todo esto rodando a 50-55 por hora, con lo que a la entrada de Segovia en un repechón que hay la cosa explota en mi cachos. Aguanto por delante con mas corazón que otra cosa sufriendo como un cabrón para no descolgarme y vemos que nos hemos quedado 10 o así delante que seguimos a un ritmo endiablado hasta la misma línea de meta. Tiempo total desde Segovia 6:12:17 y tiempo oficial que comienza a contar desde Torrecaballeros 5:43:24 lo que nos da una media de 25,16 km/h, diploma de Bronce. No está mal para un recorrido tan montañoso como este y estando ya a las alturas de año que estamos.
Supongo que preparándola en condiciones como la QH podría haber bajado mucho el tiempo, pero hoy el objetivo no era ese. Simplemente era disfrutar de un maravilloso día de ciclismo del bueno, recorriendo sitios en los que dentro de unas semanas veremos a los pros jugarse las cartas en las últimas etapas de la vuelta a España.
Ya en meta, tras la reparadora ducha, la comida típica a base de ensalada de pasta, entregar el chip y recoger el dorsal, me reencuentro con Josan que llego un rato antes que yo y al poco llega Neuro. El niño viene más atrás con los giles que han ido acompañando a John_Silver muy despacito, pero al final llegan todos. Neuro consigue hablar con Pedro que viene con Ana en el autobús. Y Frances viene delante de ellos todavía sobre la bici porque quiere romper el círculo vicioso en el que habían entrado últimamente de abandonos. Pasan las horas y nos tememos que no llegue dentro de control y justo cuando van a empezar a desmontar las alfombras de los tiempos aparece Frances al fondo acompañada de otros 3 ciclistas. Aprieta los dientes y pasa en tiempo. ¡Ole tus narices! Además, aunque llega cansada no se la ve cara de destrozada. Simplemente que su ritmo es menor pero ella al tran tran llega a cualquier sitio.
Las chicas además, por el mero hecho de ser chicas reciben como premio un casco. En fin una genial forma de promocionar el ciclismo entre las féminas y que mas chavalas se animen a disfrutar de este maravilloso deporte.
Para terminar la jornada unas cervecitas antes de que los bilbaínos emprendan viaje hacia su tierra y nosotros hacia la nuestra, no sin antes encontrarnos con Perico de nuevo con el que tenemos una pequeña charla mientras nos firma fotos, diplomas, etc… el hombre siempre con una sonrisa en la cara a pesar de no haber parado en todo el día de atender a la multitud que allí nos dimos citas. Eso sí que es un campeón.
En fin, que me voy muy contento de esta marcha. Buen recorrido, bien los avituallamientos, bien la atención en meta, si hubiera que buscar algo, es que podían poner algún control más señalizando la bajada de Navafria por lo peligrosa que esta, pero vamos, es más una sugerencia, porque por ejemplo todos los cruces y desvíos estaban perfectamente señalizados. Así que probablemente la repitamos a otro año…ya se verá, que queda mucho todavía.